Bajan las sofocantes temperaturas veraniegas, disminuye la vorágine turística ávida de ‘sol y playa’ y muda por completo el paisaje. El manto verde de la naturaleza se transforma en una mágica paleta de colores: ocres, rojos, amarillos… Así es el otoño, melancolía en estado puro. Un buen momento para escapadas cortas y relajadas, en destinos genuinamente mediterráneos como Costa Brava, Barcelona o Mallorca. Y para disfrutarlos con los cinco sentidos, nada mejor que hoteles donde el dormir sea solo una pequeña parte del sueño. Como los que ofrece Sallés Hotels.
Otoño es, para muchos, la estación ideal para una relajada escapada. Lejos de las aglomeraciones del verano, la época vacacional por excelencia, y con temperaturas más suaves y agradables, esta época del año es propicia para unos días de desconexión. Disfrutar del mar de otra forma –cambiando los chapuzones por paseos en caminos de ronda que bordean la costa– o de la montaña, dejándonos embriagar por el estallido de colores, son tentaciones otoñales que invitan a seguir disfrutando del placer de viajar.
El Mediterráno, por la bonanza de su climatología y la belleza de sus paisajes, ofrece destinos ideales para otro tipo de escapadas distintas a las vacacionales; escapadas donde prima el relax, el sosiego, la contemplación y la meditación. Y para disfrutarlas con la máxima intensidad y confort, nada mejor que hoteles que nos hagan sentir especiales, tanto por sus instalaciones y servicios como por sus atenciones. Establecimientos donde el dormir sea solo una pequeña parte del sueño. Esta es, precisamente, la filosofía de Sallés Hotels, que ofrece diferentes alternativas de alojamiento junto al Mare Nostrum.
1– Costa Brava, mar… y montaña. Quien sólo la conozca por el ‘sol y playa’, se sorprenderá descubriendo que ofrece mucho más que chapuzones. Su casi infinita red de caminos de ronda permite descubrir los mil y un rincones de su recortada orografía. En Platja d’Aro, su corazón, quienes escojan este destino hallarán perfecto acomodo en el Sallés Hotel & Spa Cala del Pi. Un 5* ubicado en una antigua casa de verano, sobre la cala del mismo nombre, cuyas terrazas escalonadas son un majestuoso balcón al Mediterranáneo. El hotel ofrece 49 habitaciones de diferentes tipologías, que se adaptan a las necesidades de cada cliente. El perfecto complemento a la estancia lo ofrece su completísimo Spa, con más de 600 m2, y un restaurante, Aurum, donde saborear la cocina meditarránea de forma creativa de la mano del reconocido chef Enric Herce.
A muy pocos kilómetros de allí, quienes prefieran relajarse en la montaña en lugar de hacerlo junto al mar hallarán un marco idílico en el frondoso valle de Solius. Allí, envuelto en un halo de colorida melancolía, se agazapa el Sallés Hotel & Spa Mas Tapiolas, un 4*s gestado a partir de una masía del siglo XIII transformada en establecimiento Premium. De sus 40 habitaciones, 11 son originales Masia Desing con el sello del diseñador de moda nupcial Jordi Dalmau. Pero las sorpresas no acaban allí. El resort dispone también de 13 Suites Natura, con jardín privado, parking… y dos opciones interiores a cuál más tentadora: con jacuzzi doble o piscina climatizada con cascada y cromoterapia. Mas Tapiolas también dispone de una completa zona Spa y de un restaurante inspirado en la cocina tradicional catalana, con el chef Josep Ayats al frente de sus fogones. Y como valor añadido, sin salir del entorno, un Pitch & Putt de 18 hoyos donde relajarse practicando este deporte.
2–Barcelona. La Ciudad Condal es siempre garantía para una escapada en cualquier época del año; y en otoño de forma más relajada. Brujulear por el Barrio Gótico, admirar sus joyas modernistas como la Sagrada Familia o la Pedrera, sumergirse en sus bulliciosas Ramblas, practicar shopping por el Paseo de Gracia o caminar por los casi 7 kilómetros de paseo junto al mar, desde la Barceloneta hasta el Forum, son todo un placer. Y tras las visitas, nada mejor que un buen lugar de acomodo, como el Sallés Hotel Pere IV. Este 4* recién renovado integramente está situado en el emergente distrito 22@, un lugar estratégico pues está a sólo 15 minutos andando de la zona marítima y también muy bien conectado con el centro de la ciudad. Dispone de 195 habitaciones de cuatro tipologías y una zona Spa que incluye masajes y tratamientos. Otro de sus atractivos es el restaurante Gàrum cuyo chef, Juan Antón, fusiona la cocina tradicional catalana actualizada con la asiática.
3–Mallorca. La mayor de las Baleares es otro de los destinos mediterráneos de referencia, al que siempre apetece escaparse. Y ver la mutación otoñal de la isla, para quien sólo ha estado en ella en verano, será una agradable sorpresa. En Portals Nous (Calvià), a 12 kilómetros de Palma, la capital, se halla el Sallés Hotel Marina Portals 4*. Se trata de un hotel familiar envuelto en más de 5.000 m2 de zona ajardinada, con vistas al mar. Entre sus 188 habitaciones de seis tipologías destacan las Familiar Deluxe, ideales para familias con hijos, con dos dormitorios comunicados. Una completísima zona Spa, con más de 700 m2 dedicados a la salud y el bienestar, será muy apreciada tras una intensa jornada de visitas.
Costa Brava, Barcelona o Mallorca, tres destinos mediterráneos a tener en cuenta este otoño, para ser disfrutados con la garantía de calidad, servicios y atención al cliente de Sallés Hotels.
Para más información y reservas: www.salleshotels.com
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