Menorca, tour playero fusionando calas y patrimonio

 

La ‘isla de las mil calas’ ofrece mucho más que sol y chapuzones en ellas. Acudir a su encuentro es disfrutar, paralelamente, de una experiencia cultural y natural única

 

Menorca es especial… también a la hora de veranear. Porque va mucho más allá de ser un paraíso playero. Ir a cualquiera de sus calas y playas agazapadas en sus 216 kms de costa supone también experimentar una inmersión en su cultura (talayótica), su historia (Camí de Cavalls) y su naturaleza (como Reserva de la Biosfera que es desde hace casi tres décadas). Y además, con dos zonas bien diferenciadas: el norte, de solitaria y salvaje belleza rojiza; y el sur, de finísima arena blanca y aguas tranquilas. Playas para todos los gustos e incluso algunas urbanas, para quienes desean disfrutar de servicios y accesibilidad. Sí, Menorca es especial porque, en cortas distancias, ofrece infinitas opciones para bañarse en sus cristalinas aguas.

  

Por su atractivo patrimonio, su desbordante naturaleza y su gastronomía, Menorca es un destino para todo el año. Pero en verano, de manera especial, por sus playas y calas. La mayoría están alejadas de entornos urbanos lo que les proporciona un atractivo especial: su mágica fusión con el entorno natural de una isla cuyo 66 % está protegido, además de ser Reserva de la Biosfera desde 1993. Y la mejor manera de conservar ese gran tesoro es cuidarlo, limitando el acceso directo en vehículo.

 

Pero, lejos de ser un hándicap, el tener que andar unos 15 o 30 minutos para acceder a muchas de sus calas es la oportunidad perfecta para practicar –paralelamente– senderismo activo por uno de los grandes atractivos histórico-naturales de la isla balear: el Camí de Cavalls, que circunvala Menorca a lo largo de 185 km. Dejar el vehículo en las zonas de parking y empezar a andar es disfrutar de los entornos paisajísticos de la isla, con el premio final de un buen chapuzón.

 

 

Menorca cuenta con dos zonas costeras bien diferenciadas. La norte es agreste y salvaje, con formaciones rocosas de pizarra y arcilla roja y el verde azulado de sus aguas. Destacan la playa de Cavalleria (muy cerca del faro del mismo nombre) y preciosas calas como Pregonda, Pilar o Algaiarens. La zona sur, por contra, ofrece playas y calas de finísima arena blanca y cristalinas aguas turquesa. Algunas de ellas están protegidas por formaciones rocosas que las convierten en auténticas piscinas naturales, como Es Talaier, y la mayoría están arropadas por zonas boscosas, como las calas Turqueta , Mitjana, Trebalúger o Escorxada.

 

 

También ciertas playas o calas están fusionadas con la cultura talayótica, como cala Morell o Cales Coves, con necrópolis talayóticas. Y en la misma zona sur, la playa de Son Bou –el mayor arenal menorquín, con sus 3 km– donde los amantes de la cultura podrán visitar otro recinto arqueológico: la basílica paleocristiana, de los siglos V-VI d.C.

 

 

Los chapuzones playeros en Menorca también tienen un valor añadido: el que les proporciona el Parque Natural de S’Albufera des Grau, núcleo de la Reserva de la Biosfera. Allí, la propia playa de Es Grau es ideal para las familias con niños pequeños por la tranquilidad que otorgan sus aguas poco profundas y su cerrada bahía, que la protege del oleaje. Aunque los más intrépidos pueden escoger opciones más salvajes y vírgenes dentro del propio Parque Natural, como cala Presili o cala Tortuga, ambas cerca del faro de Favàritx –rodeado de acantilados– lo que permite también su visita.

 

Muy distintas a estas son las opciones de las playas urbanas, para quienes buscan la comodidad de disponer de todos los servicios (duchas, lavabos, servicio de socorro, bar/restaurante…) y una mayor accesibilidad. Es el caso de Cala Galdana, Cala’n Bosch o las playas de Son Saura, Arenal d’en Castell, Cala Blanca o Punta Prima. Menorca cuenta también con tres playas con ‘bandera azul’: las citadas Cala Galdana y Son Bou, y Cala en Porter. Y para los amantes del minimalismo playero, las coquetas y diminutas Binidalí o Es Caló Blanc. ¿Tenéis ya clara vuestra elección?

 

 

Más información en: www.menorca.es

PONTE UNA MEDALLA EN EL CHAMPIONS BAR

Con 9 televisores -pudiendo ver varios eventos al mismo tiempo-, una pantalla de 86 pulgadas, un sistema de audio de primer nivel y una oferta gastronómica de lujo, el Champions Bar del Madrid Marriot Auditorium es el espacio perfecto para no perderte ni una de las medallas de estos Juegos Olímpicos.

Equipado con la última tecnología, ofrece la mejor comodidad, servicio y seguridad al cliente. Un espacio compuesto de sala interior y terraza, perfecto para disfrutar de los mejores momentos deportivos en compañía de tus familiares y amigos, para sentir cada galardón como si fuera tuyo propio. El pódium del deporte se encuentra en el Champions Bar.

Entre villas y viñedos: el turismo de naturaleza es único en la Ruta del Vino de Rioja Alavesa

Venir a Rioja Alavesa es disfrutar. El mar de viñedos que rodea a las villas medievales se convierte en el entorno perfecto para practicar deporte al aire libre. Encontramos variadas e interesantes rutas que recorrer a pie, en bicicleta o hasta en 4×4. Ya sea perdiéndose en su territorio o recorriendo la Ruta del Vino y el Pescado, o el Camino Natural del Ebro, los visitantes podrán vivir sensaciones únicas. Además, también encontramos 18 rutas senderistas, junto a parte del Camino de Santiago y el Camino Ignaciano que nos permiten conocer cada detalle de Rioja Alavesa.

La Ruta del Vino de Rioja Alavesa es ese lugar del mundo donde todo es posible: su paisaje único se convierte en un marco ideal para practicar el turismo de naturaleza. Desde recorridos a pie y en bicicleta entre viñedos, hasta rutas en 4×4, actividades de piragüismo, kayak o stand up paddle -todas ellas en el Ebro-, marchas montañeras y todo aquello que el visitante pueda soñar. El amplio trazado de caminos y senderos que se extienden a lo largo y ancho de sus 316 kilómetros cuadrados son los mejores aliados para descubrir sus recursos naturales.

Desde las tierras de viñedos en Oyón hasta el puerto de Bermeo, el GR-38 atraviesa Euskadi de sur a norte atravesando cautivadores paisajes en una senda histórica conocida como la Ruta del Vino y el Pescado, en la que antaño se intercambiaban los productos de interior con los pueblos de costa. En su parte alavesa es posible disfrutar del contraste de paisajes, que van desde los robledales a las zonas boscosas y hayedos, las lagunas salobres de Carravalseca y Carralogroño y zonas de carboneras donde aún es posible observar cómo se producía el carbón.

El GR-99 o Camino Natural del Ebro, un largo sendero con más de 1.200 kilómetros que discurre desde el nacimiento hasta la desembocadura del río Ebro, cuenta con varias etapas que recorren Rioja Alavesa. En ellas se puede percibir el impresionante legado artístico que el asentamiento del hombre ha dejado en las localidades ribereñas, así como apreciar las diferencias y particularidades del paisaje y el propio camino.

Otras dos importantes referencias, que tienen en su origen movimientos de personas motivadas por sus creencias religiosas, son el Camino de Santiago, una variante que utilizaron peregrinos procedentes de Europa así como oriundos de la comarca, y el Camino Ignaciano. Este último recrea el trayecto que el caballero Ignacio de Loyola recorrió en 1522 desde Loyola hasta la ciudad de Manresa, un trayecto que cada vez más peregrinos transitan hoy con el fin de seguir su proceso espiritual.

Todas estas rutas, además de otras propias de la comarca, integran un el catálogo de rutas senderistas que incluye un total de 18 senderos para conocer Rioja Alavesa de una forma diferente. Las rutas de Samaniego, Leza, Navaridas y el Yacimiento Alto Castejón, el recorrido que conecta Navaridas, Elciego, Laguadia, Páganos y Leza, la Ruta del Dolmen en Villabuena de Álava, la Senda Verde de Bercijana en Yécora, la Ruta Verde Cultural, la ruta del Pinar de Dueñas, el complejo lagunar de Laguardia, la ruta Entre Viñas, la Ruta del Ebro por Labastida y el recorrido de la Ermita de San Ginés, en Labastida, son algunas de las más destacadas.

Puedes consultar todas las rutas senderistas aquí.

Para más información, rutadelvinoderiojaalavesa.com

En Madrid no hay playa, pero hay SmartRental

Madrid es una ciudad llena de vida, y en verano no es menos. Con el calor, los planes en la ciudad se multiplican, pudiendo disfrutar de actividades únicas al aire libre, de experiencias culturales inmejorables y de espacios que renacen año tras año para seguir sorprendiendo a locales y foráneos. Ya sea en sus conciertos, museos, festivales, musicales, restaurantes y terrazas, venir a Madrid en verano es todo un lujo. Pero, para que la experiencia sea completa, es necesario encontrar un alojamiento a la altura, y SmartRental tiene la solución para todos. Ya sea en sus apartamentos SmartRental o en su exclusivo SmartRental Collection, los huéspedes se sentirán en el corazón de la ciudad, a un paso de todos los atractivos, y con los mejores servicios a su disposición.

Madrid es la ciudad que nunca duerme. Aquellos que la han disfrutado al completo lo saben, al igual que en verano se convierte en la estación ideal para visitarla. Disfrutar de sus temperaturas en las piscinas de la región, visitando sus museos, tomando algo en una de sus múltiples, coloridas y variadas terrazas, acudiendo a alguno de los conciertos de las estrellas más importantes del panorama mundial, volviendo a la infancia en sus parques temáticos, o simplemente, descansando de la rutina. En Madrid hay lugar y planes para todo el mundo, con independencia de lo que busquen, de lo que sueñen o de lo que quieran. Todo, o casi todo, porque no hay playa… hasta ahora, porque este año ha abierto en la ciudad un espacio en el que la arena se convierte en el hilo conductor de eventos deportivos, musicales y fiestas a pocos metros del lago de la Casa de Campo.

Pero para poder vivir la ciudad al completo, es fundamental encontrar un alojamiento que esté a la altura de las circunstancias. Ya sea para viajar con amigos, para disfrutar de una escapada rápida, para sentirse como una estrella a varios metros de altura en plena Gran Vía o para hacer una escala rápida en la ciudad, en el Grupo SmartRental tienen el alojamiento que busca cada visitante. Todos los establecimientos SmartRental de la capital se encuentran en el corazón de la ciudad, a muy pocos metros de los grandes atractivos turísticos de la ciudad e, incluso, en los puntos de conexión más relevantes de la geografía española.

Con apartamentos que van desde los 25 hasta los 120m2 recientemente reformados, la gama de SmartRental está pensada para todos los públicos y bolsillos. Muchos de ellos se sitúan en las inmediaciones de una de las arterias principales de la capital. En SmartRental Gran Vía 47 podrás alojarte a pocos metros de la estación de metro de Santo Domingo. En SmartRental Chueca II podrás dormir en el corazón de uno de los barrios más diversos del país. Si lo que buscas es un plan cultural, con SmartRental La Latina podrás descansar rodeado de los enclaves más importantes de la capital. Y si lo que buscas es quedarte junto al triángulo de los museos de Madrid, o buscas dónde pernoctar antes de continuar tu periplo por España, en SmartRental Atocha te están esperando.

Pero, sin duda, la joya de la corona se llama SmartRental Collection Gran Vía Centric. Situado en el número 42 de Gran Vía, encontramos este establecimiento cuyos apartamentos premium hacen sentir al viajero como el protagonista de la mejor de las películas. Con cada detalle mirado al milímetro, es posible elegir escoger entre estudios y apartamentos con una y dos habitaciones, con terraza y con vistas hacia el corazón de la ciudad. Desde su recepción, la calidez acompaña al visitante, que podrá relajarse tranquilamente en su rooftop bar Ella Sky Bar, donde una sugerente y suculenta carta de platos y una sorprendente carta de bebidas le espera en un entorno único, inspirado en el glamour de los años 50, todo ello acompañado por las vistas 360º sobre la ciudad.

Y es que disfrutar de Madrid es todo un placer, pero si se hace descansando de las jornadas en los SmartRental de la capital, la experiencia es inigualable. Y es que ya es posible encontrar tu casa fuera de casa, be Smart, elige SmartRental.

Para más información y reservas, smartrental.com

EN EL ARTE SACRO HAY UN LEÓN DIFERENTE

León te abre las páginas de su historia para que descubras, como un leonés más, la esencia de sus tierras. Esta provincia te invita a conocer su pasado a través de una ruta por cinco de sus monasterios: el Monasterio de Santa María de Gradefes, San Pedro de Eslonza, San Miguel de Escalada, el Monasterio de Sandoval y el Museo de los Pueblos Leoneses, ubicado dentro del antiguo Monasterio de San Agustín. Arte, cultura, patrimonio y vestigios de un pasado que ha convertido a León en el referente en turismo cultural que es hoy en día. ¿Nos vamos de escapada?

Cada camino de León es un viaje único, una vía que te conecta con la esencia de esta provincia y te invita a formar parte de ese sentimiento leonés que tanto caracteriza a sus gentes. Porque León es naturaleza viva, arte en todo su esplendor y por supuesto, historia en cada piedra que encuentras en tu viaje. Una historia que hoy toma una forma concreta. Entre sotas, claustros y campanarios, conocemos León a través de una ruta por 5 de sus monasterios.

A orillas diestras del río Esla se levanta el Monasterio de Santa María de Gradefes. Situado en la región que lleva su nombre, fue fundado en 1168 acogiendo la primera comunidad de monjas cistercienses provenientes del monasterio navarro de Tulebras. Su cabecera de estilo románico de transición, el crucero y el coro, son tres de los elementos más destacados de esta edificación. En un entorno envidiable como son los paisajes naturales leoneses, este monasterio se convierte en un punto de partida perfecto para conocer el pasado de este destino.

Por su parte, el Monasterio de San Pedro de Eslonza también está incluido dentro de la Ruta de los Monasterios del Municipio de Gradefes. Fundado en el Siglo X, tuvo vida hasta 1835. Doña Urraca de Zamora lo restauró en 1099, dándole su antiguo esplendor. Disfruta de una nueva restauración en el siglo XVI de cuya época data su portada, la cual se conserva íntegra en la Iglesia de San Pedro de Renueva en León.

El Monasterio de San Miguel de Escalada constituye una de las mejores obras del arte mozárabe a nivel nacional. Su iglesia fue fundada a finales del siglo IX por monjes cristianos cordobeses que se asentaron sobre los restos de una iglesia visigoda anterior. Desde fuera, a primera vista, ya se corrobora la belleza que el viajero se va a encontrar en el interior. Su pórtico consta de doce arcos de herradura, una estampa inédita digna de fotografía de esta obra arquitectónica.

Situado en pleno Camino de Santiago se encuentra el Monasterio de Sandoval, emblema peregrino, puesto que en su día tuvo un centro de atención para los caminantes ubicado en su albergue. Son de gran belleza sus arquerías montadas sobre pilares compuestos y capiteles representando castillos, como en Gradefes. Destaca la portada de entrada a la iglesia, con la representación del Crucificado y dos figuras orantes en el ático: San Bernardo y Santa María ante el Cristo Crucificado.

La última parada en nuestra ruta es el Museo de los Pueblos Leoneses, ubicado dentro del antiguo Monasterio de San Agustín. El museo cuenta con una colección que supera las 8.000 piezas relacionadas con la etnografía leonesa, como una magnífica representación de aperos o herramientas para trabajar el campo, objetos relacionados con el transporte, artesanías y oficios que muestran piezas de incalculable valor antropológico. Un broche de oro perfecto para convertirse en todo un experto de la historia y la cultura leonesas.

León es una provincia moderna, pero a su vez, se enorgullece de sus raíces y preserva los vestigios que le han convertido en el destino de primer nivel que es hoy en día. Un viaje en el tiempo que se complementa, por supuesto, con una visita a su capital, una ciudad con esencia romana donde descubrir este verano la autenticidad de esta provincia.

5 tentaciones enoturísticas para saborear Roses

El 30 de julio, y los días 6, 13, 20 y 27 de agosto, la localidad rosense ofrece visitas y degustaciones en dos viñedos y un mini curso de cata

 

El enoturismo no es exclusivo de los destinos de interior. Todo un referente veraniego de la Costa Brava, Roses, también ofrece a quienes deseen pasar allí sus vacaciones o realizar una escapada la posibilidad de vivir enoexperiencias. Así, los viñedos de dos referentes rosenses –Mas d’en Coll y Mas Mares, pertenecientes a Espelt Viticultors– organizan visitas guiadas con degustación e incluso un mini curso de cata para descubrir y saborear la más pura esencia de los vinos de la DO Empordà, en la que está integrada Roses. Tras tomar el sol o dar chapuzones en sus 16 calas y playas, ningún mejor preámbulo a las veladas que un buen vino al atardecer. ¡Salud!

 

Entre la carretera de les Arenes y la que une Roses con Cadaqués se alza una espléndida masía originaria del siglo XIII, aunque reformada en el siglo XIX. Se trata de Mas d’en Coll que, además, albergó la primera bodega de la provincia de Girona. Un lugar que ‘marida’ historia y naturaleza, rodeado de un mar de viñedos de garnatxa tinta y blanca, macabeo y moscatel, que podrán admirarse en dos visitas guiadas que tendrán lugar los viernes 30 de julio y 20 de agosto. Estas visitas estarán acompañadas por degustaciones. Se realizarán a las 19:00 h, tienen una duración de hora y media y el precio es de 8 euros.

 

 

Para quienes deseen realizar una inmersión más profunda en la esencia enológica de la DO Empordà, la propia Mas d’en Coll les tiene preparada otra interesante enoexperiencia: Un ‘Mini curso de cata’ a cargo de sus expertos enólogos. En él podrán degustarse 4 vinos distintos –Coll de Roses Rosat, Coll de Roses Blanc, Sauló y Terres Negres– y aprender a conocer las características que los identifican, en cuanto a sabor y aroma, en una tierra agitada por la Tramuntana que inhala la más pura esencia mediterránea y marca su carácter. Esta propuesta tendrá lugar el viernes 13 de agosto, a las 19:00 horas. La duración de la misma es de 2 horas y el precio, 12 euros.

 

 

Otras dos experiencias enoturistas de ‘Visita a viñedos + degustación’ son las que se ofrecerán en el paisaje de vides que rodea Mas Marès, una masía fortificada del siglo XVI ubicada a poca distancia de la carretera que une Roses con cala Jóncols. Estas dos visitas se realizarán los viernes 6 y 27 de agosto, a las 19:00 horas. La duración de las mismas será de hora y media y el precio, de 8 euros.

 

Ambas masias y sus viñedos pertenecen a una de las bodegas de referencia de la DO Empordà. Se trata de Espelt Viticultors, que data del año 2000, aunque el apellido se remonta a tres generaciones dedicadas al cultivo de la viña y el olivo. Una bodega gestada con la idea de ser parte del paisaje empordanés sin alterar su frágil ecosistema y respetuosa con el medio ambiente. De ahí que todas sus uvas están certificadas con el sello eco. En Espelt Viticultors creen en la capacidad de la uva para expresar con precisión su origen y por eso se centran sobre todo en el cultivo de variedades autóctonas mediterráneas y ampurdanesas como garnachas (lledoner blanc, lledoner negre, lledoner gris), cariñena, monastrell, syrah, macabeo (viura) y moscatel.

Los tickets para estas Enoexperiencias pueden adquirirse en la Oficina de Turismo de Roses (Av. de Rhode, 77-79).

Para más Información: www.visit.roses.cat y https://espeltviticultors.com/