Patrimonio, aguas termales, historia, sus gentes y sobretodo gastronomía. O Riberio O Carballiño juega sus bazas de cara al próximo año.
Pocas regiones pueden presumir de tener un legado histórico tan iumportante. Además, sumémosle unas aguas termales únicas y como colofón, una gastronomía admirada y envidiada, fruto de la tradición, del saber hacer y del trabajo realizado con ah´ñinco generacvión tras generación. O Riberio O Carballiño traza las líneas maestras de su estrategia turística para el año próximo apostándolo todo a su espectacular pulpo ‘a feira’, su vino, con la D.O más antigua de Galicia y un pan que es pionero en Europa en obtener la Indicación Geográfica Protegida. O Ribeiro O Carballiño se siente… ¡y se come!
Y con el “pulpo a feira”, una profesión: las pulpeiras y los pulpeiros. Especialmente las primeras, que se convirtieron con el tiempo en una de las imágenes más reconocibles de Galicia. Han hecho un arte a partir de un plato sencillo, pero que requiere de un punto de cocción exacto y de unas acertadas proporciones de aceite, pimentón y sal.
No se entiende un buen pulpo de Ribeiro sin un pan inigualable. Cerca del Monasterio de Oseira, en la localidad de San Cristóbal de Cea, se elabora un delicioso pan con esencia propia… Y con la Indicación Geográfica Protegida “Pan de Cea” (desde 2004), siendo el primer pan de Europa en obtenerla. Estamos hablando de una tradición que se remonta al siglo XIII. Son característicos sus hornos tanto por su forma como por el material empleado en su construcción. La forma de estos hornos es circular, con bóveda de media naranja o esférica, conseguida por medio de bloques de piedra granítica, cortados en forma estereométrica de iguales dimensiones y grosor. Esta fractura así buscada, consigue un calentamiento homogéneo del interior del horno, y la uniformidad del grosor de las piezas de su base provoca un efecto de uniformidad en la cocción del pan.
Pero, ¿qué hay tras este pan? Agua, sal harina y masa madre. Sin más. Paciencia, mimo, preocupación por lo manual y por hacer las cosas bien hechas. Obtenemos una corteza gruesa, una consistencia dura y rígida, con rotura crujiente y con tendencia a hacer láminas. Color desde dorado hasta castaño oscuro y sabor a tostado. Su miga tiene una textura esponjosa, fibrosa y firme. Alveolado no muy abundante, distribuido de forma irregular y de tamaño muy variable. Color apergaminado, que recuerda al del grano de trigo entero. Sabor intenso a trigo.
Y el último pilar de esta magnífica combinación, no podía ser otro que el vino. O Ribeiro es sinónimo de vino, y ya en la Edad Media los monjes del monasterio de San Clodio de Leiro lo hacían llegar a las mesas señoriales de España y Portugal. Fue también de los primeros vinos en llegar a América dentro de las expediciones de Cristobal Colón.
Estamos hablando de que la Denominación de Origen Ribeiro es la más antigua de Galicia y una de las primeras reconocidas en España donde los amantes del enoturismo cuentan con una buena oferta organizada alrededor de la Ruta del Vino del Ribeiro.
El entorno, el clima, el suelo y hasta su estructura productiva son factores todos ellos que definen unos vinos con personalidad, con un sello de calidad que se sólo se consigue gracias a una tradición milenaria…
Pulpo, pan y vino. Tres alimentos. Tres factores. Tres elementos que ayudan a explicar la singularidad, la magia, la calidad, el buen hacer y la identidad de una tierra fascinante. Un rincón de Galicia con argumentos para atraparte y no dejarte ir…
Más información: ribeirocarballino.com/
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