ASADILLO DE PIMIENTOS, UN IMPRESCINDIBLE DEL RESTAURANTE- MUSEO MESÓN CUEVAS DEL VINO

Uno de los platos estrella de este referente gastronómico brilla por su sencillez, pero su elaboración tiene más de un secreto aún por conocer…

 

 

 

Pimientos asados acompañados de atún en aceite con un aliño básico. En principio podría parecer un plato convencional sin mayor historia, pero lo cierto es que el asadillo de pimientos es uno de los más aclamados por los comensales del Restaurante – Museo Mesón Cuevas del Vino. No por nada se asan en tandas de entre 300 y 500 kilos de pimientos cada semana en temporada alta.

 

 

La sencillez también se trabaja. Un bocado delicioso, que conecta con el comensal y le hace querer repetir, tiene su ciencia. Es lo que ocurre con el asadillo de pimientos, uno de los platos insignia del Restaurante – Museo Mesón Cuevas del Vino, en Chinchón.

 

 

Para empezar, es necesario contar con un producto de calidad. Aunque suene manido, el tamaño si que importa. Los pimientos deben ser grandes, de al menos 600 gramos. Algunos incluso llegan al kilo. La vega de Chinchón es un proveedor de lujo, surtiendo al Mesón con pimientos de gran calidad.

 

 

Una vez seleccionados los pimientos, es hora de limpiarlos adecuadamente y de colocarlos en bandejas de horno muy apretados, con el pedúnculo (el rabito) mirando hacia arriba. El tiempo de elaboración es de unas 3 horas. Durante ese tiempo, hay que sacar las bandejas para darle la vuelta a todos los pimientos uno por uno y a mano. Para este proceso, los cocineros necesitan a su lado una cubeta con agua y hielo para poder refrescar las manos cada 3 o 4 pimientos por razones obvias.

 

 

Ayuda bastante el contar con el horno de leña más grande de España, que da cabida a tantísimas bandejas a la vez y que permite tener siempre disponible en el menú este plato sin temor a quedarse sin existencias.

 

 

Tras terminar con el asado, las bandejas se dejan enfriar y reposar hasta el día siguiente. Es entonces cuando empieza el proceso de limpieza, pelado y corte de cada pimiento para después proceder al envasado y sellado en tarros de cristal para su adecuada conserva. Cada uno de estos tarros tiene una capacidad de unos 5 kilos. Aunque el sellado permite conservar estos pimientos por una importante cantidad de tiempo, no suele durar mucho, ya que en cocina se gastan de un día para otro debido al éxito del plato.

 

 

Ya solo queda emplatar el asadillo, que va acompañado con atún en aceite, que también se elabora de forma artesanal en el Mesón. Los atunes se traen frescos y se preparan para su conserva en aceite de oliva.

 

 

Otra de las claves del éxito de esta receta es su aliño. A base de aceite de oliva virgen extra, vinagre, ajo picado y una selección de especias secreta, aportan al asadillo de pimientos del Restaurante – Museo Mesón Cuevas del Vino el toque distintivo que le convierte en un fijo en un almuerzo o cena en este histórico templo gastronómico. ¿Te vienes a probarlo?

 

 

 

Más información: https://cuevasdelvino.com/

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