Archivo de la categoría: Aire Libre

SIENTE LA NATURALEZA DE TORRELODONES

Dos rutas para conocer de una forma diferente la belleza de un municipio, a pocos kilómetros del bullicio de la capital, que os dará una bocanada de aire puro.

 

 

Torrelodones invita a los amantes de la naturaleza y la aventura a disfrutar con dos rutas accesibles para todos los públicos. La ruta de la Tapia del Pardo y la del Arroyo de Trofas son senderos accesibles que ofrecen una vista diferente del municipio y son un escape perfecto de la rutina urbana. Vive una experiencia única recorriendo los parajes que rodean este impresionante lugar.

 

 

La Ruta de la Tapia del Pardo es un sendero circular que discurre por el extremo oriental del Torrelodones. Con una distancia de 5.2 kilómetros, es una opción ideal para aquellos que quieren entrar en contacto con la naturaleza de manera pausada, ya que tan solo les llevará 1 hora a pie o 25 minutos en bicicleta. El recorrido comienza desde la confluencia de la Avenida del Lago con la Avenida del Monte. Si recorréis la ribera izquierda del embalse de los Peñascales, continuaréis la ruta junto al arroyo de Trofas hasta la Avenida Del Pardo. Desde este punto, el camino prosigue hacia el este por el carril bici, para bajar por la Avenida del Hito y circularpor la Urbanización El Monte. Más tarde, daréis un pequeño rodeo para tomar la ruta junto al cauce del Trofas regresando al punto de partida.

 

 

Por otro lado, la Ruta del Arroyo de Trofas es un sendero de 1.6 kilómetros de distancia, con un desnivel negativo de 83 metros, que solo tardaréis 30 minutos a pie en recorrerlo. Esta ruta peatonal discurre en un tramo junto al embalse, comenzando en la Avenida del Pardo y acabando en el cruce entre la Avenida del Lago y la Avenida del Monte.

 

 

En su corto recorrido podréis disfrutar de un sendero acondicionado que os permitirá conocer uno de los cursos fluviales más interesantes del municipio, así como la vegetación propia de la ribera.

 

 

Ambas rutas están claramente señalizadas y cuentan con puntos de interés que enriquecen la experiencia del visitante, proporcionando datos sobre la flora, fauna y la historia de la zona.

 

 

Torrelodones, un tesoro escondido en la Sierra de Guadarrama que invita a los aventureros y amantes de la naturaleza a sumergirse en sus paisajes cautivadores y a descubrir sus tesoros ocultos. Estas rutas se potenciarán desde la Concejalía de Turismo, dirigida por Felipe Pinto, como uno de los grandes atractivos de la localidad.

 

 

 

 

Para más información: https://www.torrelodones.es/

LA PROVINCIA DE TERUEL. MÁS QUE UN DESTINO PENDIENTE ES… ¡UN DESTINO PREFERENTE!

Cielos limpios en los que ver el cielo estrellado, decenas de pueblos encapsulados en el tiempo, carreteras que recorrer sin prisa y mil y una rutas en las que desentrañar los secretos de un provincia con mucho que contar.

 

 

 

 

Teruel es, y siempre será, una provincia donde el término ‘contraste’ no es un concepto manoseado y desgastado como ha sucedido con otros destinos. No, Teruel es un territorio donde vas jugando con conceptos a priori enfrentados, pero que cobran todo el sentido a medida que vas conociendo más y más. Ruta tras ruta, pueblo tras pueblo, mirador tras mirador, descubrimos una provincia única, repleta de historias singulares. Tanto es así que en la propia provincia se acuñan términos como frescalor, tranquitenso, rapilento, comsopueblita y cienciocio… ¡Porque Teruel lo vale!

 

 

Piensa en Teruel como un destino en el que quedarse absorto mirando el cielo estrellado, limpio e inmenso, en cualquiera de sus parques y reservas naturales  Starlight, exentas de contaminación lumínica. Cualquiera de sus cientos de noches despejadas al año que, hará que las temperaturas tiendan a ser fresquitas y necesites de abrigo. Pero piensa también en Teruel como ese rincón en el que disfrutar de un chapuzón en sus pozas de agua cristalina, o bajo una cascada, en un embalse o piscina natural, para combatir el acuciante calor… ¡Eso es! ¡Teruel es frescalor!

 

 

Imagínate paseando por algunos de los pueblos más bellos de España. Verdaderas joyas arquitectónicas que parece que el tiempo ha congelado para que conserven toda su magia y su esencia. Rincones tranquilos, perfectos para disfrutar de una forma pausada, íntima y recogida. Imagínate también dar un salto en el tiempo aún más pronunciado hasta la época de los dinosaurios, con recreaciones tan conseguidas que nos harán dudar de la realidad… Como si un Tiranosaurus Rex, nos amenazara con su inquietante presencia. O, imagínate suspendido en el aire a toda velocidad, planeando como un pájaro durante dos kilómetros, con las pulsaciones disparadas y la adrenalina por las nubes. Eso es porque Teruel también es tranquitenso.

 

 

Repara un segundo en el subidón que debe dar ‘volar’ sobre el asfalto de un circuito profesional de Moto Gp y Superbikes, el Motorland, emulando a los grandes de este deporte curva a curva. Y luego piensa en otras curvas, pero estas a un ritmo sosegado, calmado. Carreteras sinuosas que bordean el paisaje como si no quisiera interferir en él, solo para que disfrutes de la conducción y te recrees en unas estampas que cambian cada día, cada estación. Ese slowdriving que rompe con el frenetismo y las prisas del día a día, donde todos van con prisa y agobiados… Aquí no. Aquí los protagonistas sois tú, tu coche y kilómetros de asfalto para recorrer con calma. Ya lo has adivinado. Teruel es rapilento.

 

 

Visualízate a ti mismo admirando la obra de un genio internacional como Luis Buñuel en su Centro de Calanda. Vanguardista, descarado, fresco y transgresor. Un icono mundial que jamás renunció a sus orígenes. Unas raíces bien profundas de las que se enorgullecen unas gentes que, exaltando su sentimiento de pertenencia al mundo rural, siguen evolucionando y dando pasos de gigante en técnicas, métodos y avances, por ejemplo en una gastronomía espectacular. Ser cosmopueblita es cuestión de actitud, y en Teruel hay de sobra.

 

 

¿Cómo definirías la comunión entre aprender sobre zoología, minería, paleontología, gastronomía o astronomía y hacerlo a través de experiencias singulares que puedes disfrutar con amigos, pareja o en familia? Porque en Teruel lo llaman cienciocio. Para el común de los mortales, significa descubrir distintos municipios del territorio y su riqueza paisajística, siempre desde una llamada al turismo sostenible.

 

 

Que Teruel sea ese básico que, como viajero, nunca falte en tu lista de destinos por los que dejarse caer sin importar época ni mes del año, porque siempre habrá un rincón, una postal, una actividad que te dejará con ganas de más. Para cada día, un plan. 365 planes que harán de Teruel tu destino preferente.

 

 

 

Más información: www.sienteteruel.es

EL ATARDECER DE MENORCA ES UNO DE SUS MAYORES MONUMENTOS

La isla de los pequeños placeres está repleta de lugares de postal en los que olvidarse del tiempo y disfrutar de la caída del astro rey.

 

 

 

Nadie se atreve a discutir la belleza de esta isla repleta de tesoros, rincones y paisajes que quitan el hipo. Durante 365 días, Menorca siempre sorprende con una experiencia, un momento, un recuerdo que permanece imborrable por aquellos viajeros que han elegido embarcarse en la increíble aventura de recorrer una isla que no decepciona. Merece la pena hacer mención a uno de sus bienes inmateriales más bonitos y buscados por los que más saben del tema… ¡Sus atardeceres!

 

 

Menorca, entre sus muchas bondades, es una isla en el que la paleta de colores es tan sumamente amplia que es muy fácil encontrar lugares icónicos donde la luz del sol intensifica esa atmósfera irrepetible y que, como resultado, entrega al viajero una panorámica excelente. Los más románticos, o simplemente aquellos que buscan esos últimos destellos de luz solar que empiezan a fundirse en el horizonte, como si el Mediterráneo se los quedara para sí.

 

 

En cualquiera de sus faros, la vista del ocaso es sobrecogedora. Si de banda sonora añadimos el vaivén de las olas y el canto de alguna que otra ave, tenemos un escenario de cine. Son especialmente bellos los atardeceres en las áreas que componen el faro de Farvàritx; o los de Punta Nati y Cap d’Artrutx, desde los que divisar a la vecina Mallorca.

 

 

Otro lugar magnífico en el que sentarse a última hora de la tarde y quedarse a contemplar el atardecer es en cualquier de sus puertos. Tras un día de actividad, con llegada y salida de diferentes embarcaciones, trasiego de tripulantes y movimiento en general, de repente algo ocurre que no pasa inadvertido para quien se fija unos instantes… la calma absoluta. El agua parece una moqueta, inmóvil y oscura, y a lo lejos el sol fundiéndose con el horizonte, Maó, Ciutadella, Fornells… Cualquiera es un buen lugar para autorregalarse un instante ten emocionante antes de dar paso a la noche menorquina.

 

 

Pero quizás, convenga guardarse un día para asistir a uno de los atardeceres más especiales que puede obsequiar la isla de los pequeños placeres. Menorca y Cultura Talayótica van de la mano desde hace miles de años. El legado cultural, histórico y emocional es tan fuerte que cuando paseas por uno de sus yacimientos, captas en seguida que hay algo distinto, algo espiritual. Por citar uno en concreto, haz la prueba. Dirígete al poblado de Trepucó, uno de los más grandes de Menorca. Visualiza el sol justo cuando empieza su caída y toma asiento. El resto es sencillamente indescriptible. Como si de los primeros moradores de la isla se tratara, las sensaciones que se experimentan son difíciles de explicar.

 

 

El atardecer es ese momento del día en que uno para, se sienta, reflexiona o se evade, dejando volar la imaginación y, solos o en compañía, admirar la bella escena y convenir que no ha habido mejor momento en el día que este mismo instante. Pues cada atardecer en Menorca es una referencia constante a este escenario, que espera paciente a que lo descubras por ti mismo.

 

Más información: Menorca.es

 

UNA RÍA PARA AVENTUREROS DE TODAS LAS EDADES

Rutas en kayak, paseos a caballo, barranquismo, puenting, karting, surf para todos los niveles… en A Ría da Estrela, el verano se vive con una buena dosis de adrenalina

 

 

 

Las vacaciones están geniales para descansar, apagar el móvil del trabajo y entregarse a los días sin reloj y sin prisas. Pero los más inquietos no dejan pasar la oportunidad de buscar una actividad o experiencia para subir las pulsaciones, o simplemente disfrutar de un entorno único haciendo algo distinto. Y, ojo, que esta forma de ser no entiende de edades. Por eso, anótate estos planes para adentrarte a conocer A Ría da Estrela de una forma sorprendente, divertida, trepidante y lo mejor… ¡Con los tuyos!

 

En caída libre. Da cierto respeto asomarse por el puente de Ceilán, sobre el río Tambre, y contemplar sus 35 metros de altura. Imagínate saltar en una caída de 20 metros haciendo puenting. Eso sí que es empezar una visita a la Ría da Estrela de forma vertiginosa.

 

Cruzando ríos y playas a caballo… pero mojándose los pies. Descubrir los parajes impresionantes que posee esta Ría a lomos de un caballo es una experiencia que cautiva a todos, pero sobre todo a los peques de la casa. Una forma inigualable de recorrer caminos rodeados de naturaleza virgen; atravesando bosques de robles, pinares y castaños, cruzando ríos e incluso, haciendo paseos por la playa y caminando por la orilla del mar. ¿Lo mejor? Que no importa la experiencia, pues hay diferentes niveles para la realización de actividades de rutas ecuestres, clases de iniciación y equitación, pupilaje y doma de potros.

 

Río por río, y barranco por barranco. En el barranco de Santa Baia, en Outes, se presta a disfrutar de la frondosidad del bosque, sus pozas de agua fresca y cristalina y un paisaje excepcional. También está el barranco del Río Ribeiriño, un cañón muy potente, pero sin saltos, únicamente con rappeles de hasta 30 metros. Acompañados por guías expertos, el barranquismo se convierte en una actividad altamente recomendable para aquellos que no se conformen con un relajado baño en una piscina tranquila.

 

A la caza de las olas que envía el Atlántico. El surf es una de las actividades estrella en A Ría da Estrela, valga la redundancia. Desde neófitos que quieren probar su primera experiencia subiéndose en una tabla, hasta los más experimentados que viajan de playa en playa en busca de olas que domar, la Ría ofrece múltiples escenarios para echarse al agua y surfear. No importa mucho el nivel que se tenga, solo la paciencia y la tolerancia a caerse al agua decenas de veces hasta que se logra mantener el equilibrio sobre la tabla.

 

Se apagan los semáforos… ¡Y pisamos a fondo! Puede que el karting sea una de las actividades que más ‘piques’ susciten entre un grupo de amigos o la propia familia. Como si de grandes premios de Fórmula 1 se tratara, padres e hijos, primos con hermanos y grupos de colegas han rivalizado curva a curva por conseguir el ansiado primer puesto. El Karting Ayrton Senna es el escenario perfecto para dirimir quien es el más rápido. Y los que no tengan rival, pues a competir contra el crono. A partir de los 6 años, hay opciones para los locos por la velocidad.

 

Todos aquellos que buscan planes diferentes y quieren divertirse disfrutando de los paisajes únicos y los rincones más bonitos sin renunciar a la aventura, encontrarán en A Ría Da Estrela ese lugar ideal para coexistir con aquellos que buscan un ritmo más pausado y sosegado, ¡que aquí hay sitio para todos!

 

 

 

 

¡VEN A CELEBRAR EL DÍA INTERNACIONAL DEL YOGA EN FORMENTERA!

Formentera y yoga es un binomio sólido. Esta disciplina goza de muchos seguidores en la isla, lo que la convierte en un destino muy apetecible para todos los amantes del bienestar holístico.

 

 

El Día Internacional del Yoga se celebra el 21 de junio, fecha promulgada por la ONU para concienciar a la población sobre los beneficios de practicar esta disciplina holística de bienestar que trabaja, de una manera integral y equilibrada, todas las áreas del ser humano respetando los ciclos de la naturaleza. Con motivo de esta celebración, un año más, el Consell Insular de Formentera ofrece una serie de actividades dirigidas por reputados profesionales del mundo del yoga, que garantizará una experiencia de paz y armonía sin igual para todos sus asistentes.

 

Formentera ha reforzado año tras año su papel como referente del yoga a nivel internacional. Sus rincones de ensueño, sus escuelas de yoga y esa aura fácilmente identificable con el bienestar holístico, hacen de la isla un destino soñado en el que dedicar unos días a la meditación, la contemplación y la introspección.

 

Por ello, el Consell Insular de Formentera celebrará el próximo 21 de junio una velada muy especial. Bien temprano, a las 06:15, Anna Reig, profesora internacional de yoga, dirigirá una meditación a la salida del sol. Reig propone una contemplación del amanecer con baño de sonido y meditación del corazón espiritual, sintiendo quien es uno mismo. El escenario… inmejorable: ¡El Faro de La Mola!

 

Por la tarde, a las 19:30, la terraza de la Cofradía de Pescadores, en La Savina, será el lugar elegido para una clase especial de yoga frente al mar con Eva Oller, profesora internacional de yoga. Oller nos invitará a disfrutar de una clase especial de yoga fluido frente al mar, acompañada por la música en vivo de DJ Kion y un baño sonoro a cargo de José Manuel Martínez, pianista y alquimista musical,  que guiará nuestra práctica a un nivel muy profundo.

 

Además, es de obligado cumplimiento escaparse para perderse por una isla repleta de sorpresas. La pequeña de las Pitiusas esconde tesoros increíbles que el viajero podrá descubrir a medida que se adentre en sus pueblos, sus calas, sus rutas verdes, sus faros… Lo que empieza siendo un retiro espiritual para practicar yoga y encontrar el ansiado equilibrio mente/cuerpo, puede acabar siendo una experiencia integral que cambie la concepción de aquellos que aún no conocen (o creían conocer esta pequeña joya del Mediterráneo…

 

 

 

 

 

Más información: www.formentera.es

 

DISFRUTA DEL ÚLTIMO PASEO PRIMAVERAL POR FORMENTERA

 

 

 

Formentera es un paraíso, si, ¡pero un paraíso floral! Eclipsado por sus playas y calas de aguas cristalinas (su más evidente reclamo veraniego) la menor de las Pitiusas es también un Edén por descubrir. Porque, más allá de su salvaje belleza, la isla atesora una variadísima flora autóctona arropada en una diversidad de zonas que combinan sus atractivos paisajes con la observación de especies únicas. Aunque ahora van apeteciendo los chapuzones, pasear por ella permite al visitante admirar sabinas retorcidas por el viento o bosques de pinos pero también enebros, romeros, brezos, tomillos, amapolas, margaritas, gladiolos, campanillas de las dunas, azucenas de mar, limoniums, eneas, carrizos … ¡e incluso delicadas y románticas orquídeas!
Porque Formentera… también es bella en primavera.

 

La naturaleza de Formentera se presenta de manera tan austera como privilegiada. Con la precipitación media más escasa de Baleares, la vegetación de la menor de las Pitiusas es capaz de mostrarse ante el visitante con todo su esplendor. Y de manera muy especial en primavera cuando estas joyas naturales han empezado a brotar como por arte de magia.

 

Adentrarse en los bosques de Formentera, dominados por sabinas y pinos, es también descubrir otros estratos herbáceos dignos de admirar. En lugares donde las condiciones del suelo permiten mayor densidad y desarrollo, aparecen las máquias (arbustos de altura entre 50 cm y 4 metros) e incluso especies como el madroño. En los de menor densidad hay mayor diversidad de especies, como el romero, el brezo, las jaras o los aromáticos tomillos. La presencia de encinas es testimonial. La Mola y Cap de Barbaria son las zonas donde los hábitats forestales se encuentran mejor representados. Estos ecosistemas forestales son esenciales tanto para retener el agua de las lluvias como para servir de refugio a la fauna silvestre.

 

Mención aparte merecen las orquídeas. Alcanzan una gran extensión y, por su importancia y fragilidad, están catalogadas como Hábitat de Interés Comunitario Prioritario por la Directiva de Hábitats. En Formentera existen 17 especies autóctonas. Crecen solo en suelos inalterados y bajo condiciones muy particulares. Y son conocidas por sus estrategias de polinización, basadas en el ‘engaño’ a determinados insectos.

 

Parte importante del suelo de Formentera está dedicado a la agricultura, con la higuera (símbolo de la isla) y la vid como cultivos más extendidos. También pueden verse almendros, algarrobos y olivos. Una interminable lista de plantas de preciosa floración primaveral llenan de aromas y colores los paisajes agrícolas y caminos interiores: amapolas, caléndulas, margaritas, gladiolos… También muchas plantas silvestres que crecen en la isla han sido utilizadas tradicionalmente por sus propiedades medicinales o culinarias. Como el ‘tomillo cabezudo’ (para elaborar licor de hierbas), las ‘collejas’ (verdura que es ingrediente principal de un plato autóctono, el cuinat, típico de Semana Santa) o el ‘hipérico’ (con el que se elaboraba un aceite de importantes propiedades curativas y cicatrizantes).

 

Las playas de Formentera acogen algunos de los sistemas dunares mejor conservados de las Baleares, como en Ses Illetes, Cavall d’en Borràs, Levante, Migjorn o s’Alga (en la isla de s’Espalmador). Incluyen una parte sumergida –los arrecifes que se forman por las praderas de Posidonia oceánica– y una parte emergida, las plantas que crecen sobre las dunas, con sus raíces profundas, retienen el sustrato arenoso y fijan estas dunas. Ellas albergan diversas comunidades de plantas, como la ‘rubia marina’, el ‘rábano de mar’, la ‘campanilla de las dunas’ o la ‘azucena de mar’. Y sobre las más alejadas del mar se asientan las sabinas.

 

Los saladares son un hábitat de gran singularidad donde crecen especies únicas. En Formentera se ubican en las inmediaciones de las salinas (estany Pudent, estany des Peix o las salinas Ferrer y Marroig) y en la pequeña laguna de s’Espalmador. Aquí aparecen diversas especies endémicas, como ‘Limonium formenterae’, ‘Limonium wiedmanni’ o ‘Limonium gosii’. Y en el Camí des Brolls, además de su Ruta Ornitológica hay algunas zonas de vegetación ligada al agua dulce, como eneas o carrizos.

 

Casi un 30% de las plantas catalogadas pertenecen a las comunidades litorales. Los tramos rocosos de primera línea de costa presentan vegetación más empobrecida. La más extendida es la ‘Limonium minutum’, exclusiva de Balerares, y el ‘Limonium cassonianum’ presenta flores blancas. Acompañando a estas especies suele estar el ‘hinojo marino’. Una buena representación de los hábitats litorales está en pequeños islotes como s’Espalmador o es Freus.

 

Los acantilados de la Mola y Cap de Barbaria custodian especies vegetales de gran valor naturalístico, como el ‘palmito’, única palmera autóctona de este territorio, en zonas inaccesibles de punta de sa Creu. La Mola es rica en endemismos, como la ‘Saxifraga corsica subsp. cossoniana’, diminuta planta de flores blancas. Pero es precisamente el endemismo el que genera encanto por su rareza. En Formentera hay más de una veintena de plantas endémicas.

 

¡Disfruta de el último paseo primaveral para descubrir una Formentera que no conocías!

 

Más información: www.formentera.es