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El corazón ‘oculto’ de Roses

Un paseo por el Núcleo Histórico de la localidad rosense, agazapado justo por detrás de la fachada litoral

 

Más allá de su majestuosa bahía, sus playas y sus dos grandes iconos patrimoniales –la Ciudadela y el Castillo de la Trinitat– Roses cobija en sus adentros la más pura esencia de una villa medieval que fue creciendo en el siglo XVIII alrededor de la iglesia parroquial de Santa María, en la plaza de la Iglesia. Un laberinto de estrechas calles plagadas de tiendas, bares y restaurantes en las que perderse sin prisas y olvidarse del tiempo. Una plaza de la Pau, dedicada a la memoria histórica de la Guerra Civil, que incluye un refugio antiaéreo. Y como guinda, en primera línea de mar, casas modernistas y neoclásicas que son el fiel reflejo de la prosperidad rosense en los siglos XIX y XX, entre ellas la espléndida Casa Mallol, sede del Ayuntamiento

 

     La plaza de Catalunya, con vistas al mar, que diverge de la Avenida de Rhode y el Paseo Marítimo –que bordea la majestuosa bahía de Roses, integrada en el Club de Bahías Más Bellas del Mundo–, es la puerta de entrada a la otra Roses, la menos conocida por el viajero que va en busca del sol y el mar. Pero sumergirse en ella, en su Núcleo Histórico, es ir al encuentro de las raíces de una villa que fue creciendo en el arrabal de la Ciudadela.

 

 

La mejor bienvenida son los edificios neoclásicos y modernistas que dan solemnidad a esta plaza, evocando el recuerdo de una época –siglos XIX y XX– en la que el comercio era próspero y las familias adoptaban el estilo constructivo vinculado a los indianos. Dan fe de ello las casas Ramon Rahola, Mates, Canals, Marqués de Linàs y, sobre todo, la modernista Casa Mallol, que data de 1906. Remodelada en 1985, alberga en la actualidad el ayuntamiento. A partir de allí, el visitante empezará a sentir los latidos del corazón de Roses, que conducen hasta la plaza de la Iglesia.

 

 

     La iglesia parroquial de Santa María (construida entre 1792 y 1853) tomó el relevo del monasterio románico de Santa María, cuyos restos –en bastante buen estado­– se cobijan en la Ciudadela. Destaca en ella su fachada monumental ochocentista, formada por grandes sillares e inspirada en la Puerta del Mar de la citada Ciudadela. Y también, a ambos lados, dos modernos campanarios acabados en hierro que suplieron al antiguo, en la parte posterior de la iglesia, de forma triangular. Durante la Guerra Civil, en la que se destruyeron los altares y las imágenes, el edificio se destinó al mercado y a un taller de carpintería. La iglesia fue reformada, estrenando en 1995 su fisonomía actual, con un nuevo altar.

 

 

Lugar emblemático del Núcleo Histórico es también la plaza de la Pau, dedicado a la memoria histórica de la Guerra Civil Española. En 2006 se inauguró allí la remodelación integral del espacio con un grupo escultórico de la artista Ció Abellí, que reflexiona sobre la irracionalidad de la guerra y el valor de la vida. En esta misma plaza tiene una de sus tres entradas un refugio antiaéreo construido entre 1937-38. Son 100 metros de longitud, un metro de anchura y 1,90 metros de altura, y fue clave para que muchas familias salvaran sus vidas durante los bombardeos de la aviación italiana y los ataques de la marina franquista.

 

 

Otra de las zonas destacadas es la Riera Ginjolers, que llega hasta el mar. Antiguamente, llena de agua, dividía en dos a la localidad, debiendo utilizarse diversos puentes para conectar las calles. Pero con su remodelación pasó a convertirse en una rambla peatonal con la que Roses no solo volvió a unir sus dos partes sino que logró un espacio de paseo y ocio que acoge fiestas tradicionales –como la de Reyes– y diferentes actos de las principales fiestas de esta bella localidad, referente de la Costa Brava catalana. 

 

                                      

     Más información en: http://es.visit.roses.cat/

La gran historia que cobija ‘El Fadrí’ de Castelló

Esta torre-campanario, singular por su especial ubicación, tiene un gran valor histórico y emocional y es el gran icono patrimonial de la capital de la Plana

 

Su altiva figura y su magnetismo –arquitectónico y visual– acaparan la atención en la plaza Mayor de Castelló, donde cohabita con el ayuntamiento, el mercado municipal y la Concatedral de Santa María, de la que está separado; de ahí su nombre: Fadrí (soltero). Una torre-campanario octogonal, de estilo gótico valenciano, finalizada en el siglo XVII. Tiene 58 metros de altura y está dividida interiormente en cuatro estancias: Cámara del reloj, Prisión de clérigos, Vivienda del campanero y Sala de campanas. Hay un total de once: ocho de volteo, en esa sala, y tres fijas, en el chapitel. Subir hasta ellas por una escalera de caracol de 188 peldaños es como retroceder 4 siglos… y sumergirse en la historia de Castelló.

 

 

     La historia del principal icono patrimonial de Castello, El Fadrí, arranca en 1437, casi dos siglos antes su finalización (1604). Pero ¿por qué erigirla separada de la Concatedral de Santa María, como sería lo habitual? Porque el ‘maestro de las horas’ advirtió que el repicar de las campanas de este templo estaba dañando su estructura. Así que en 1457 empezaron las obras de una nueva torre-campanario independiente. Pero el encargado de la misma –el maestro cantero Saera– tuvo que dejar Castelló doce años después, tras haber levantado solo los ocho primeros metros… y la edificación quedó paralizada durante más de un siglo.

 

Fue en 1591 cuando se reanudaron las obras –a cargo del portugués Damián Méndez– y concretaron sus características técnicas: de piedra picada y sobriedad decorativa, rasgos del estilo desornamentado que desde finales del siglo XVI caracterizaba a la arquitectura española. Aquel singular proyectó finalizó trece años despues, en 1604, alzándose 58 metros en su cuerpo central, con una circunferencia de 29 metros en su cima. Y desde entonces ha sido el encargado de avisar a los habitantes y labradores del campo de la presencia de algun peligro, de dar las horas para levantarse, entrar y salir del trabajo… y de anunciar las fiestas.

 

Su nombre actual se lo dio el poeta local Bernat Artola en uno de sus versos: “El campanar de la Vila és fadrí de veritat. Te la consciencia tranquila y el cervell destarifat; perquè diu que la experiencia de la vila li ha mostrat, que la millor conveniència es viure sense veinat” (El campanario de la villa es soltero de verdad. Tiene la conciencia tranquila y el cerebro destarifado; porque dice que la experiencia de la Villa le ha demostrado, que la mejor conveniencia es vivir sin vecindario). Todo un símbolo de la fuerza, honradez, durabilidad y nobleza de Castelló.

 

El interior de El Fadrí

 

El acceso a la torre-campanario –catalogada como Bien de Interés Cultural– se realiza a través de una pequeña puerta adintelada, con un frontón triangular, una hornacina con volutas y los escudos del Reino de Valencia y las Torres de Castelló. Y a ambos lados, dos contrapesos que antes servían para tocar desde allí las campanas.

 

A continuación, una escalera de caracol con 188 escalones conduce hasta la cúspide pasando por sus cuatro estancias. La Cámara del reloj (escalón 78) acoge la maquinaria de un reloj mecánico (1850), sustituido hace medio siglo por un ordenador y tres mazos. También pueden verse pinturas que representan a un soldado del siglo XVII. La Prisión de los clérigos (escalón 95) cuenta con una ventana enrejada y una letrina con un canalón que conecta con el exterior, además de una pintura de la Sagrada Familia. La Vivienda del campanero (escalón 122), que llegó a acoger hasta una decena de personas, reproduce también una de las cenefas descubiertas en la última restauración. Y la Sala de campanas (escalón 145), alberga ocho de volteo que llevan estos nombres: Dolores, Joaquina, Cristina, Victoria, Jaime, Ángel, Vicent (que despierta a las 6 de la mañana del día de la Romería de la Magdalena) y María (que anuncia la vesprà de la Magdalena).

Desde la cuarta estancia se accede a la Terraza (escalón 188), en la que lucen ocho gárgolas: dos perros (símbolo de la fidelidad y de Sant Roc, antiguo patrón de Castelló), dos leones (emblema del evangelista San Marcos, que representan la fuerza y la majestad), dos águilas reales (que también expresan poder) y dos arpías (seres mitológidos que significan culpa y castigo). Esta terraza acoge un chapitel de planta triangular con pilastras de orden toscano cubiertas con tejas azules, y rematado con una veleta. Su interior alberga tres campanas más: Tófol (en honor a San Cristóbal, patrón de la ciudad) es la más antigua, data de 1604, pesa 2.156 kilos y, desde entonces, es la que da las horas; y Ana y María del Lledó dan los cuartos.

 

El Fadrí cobra también protagonismo en las fiestas de la Magdalena con la Enfarolà, en la que –tras procederse a descolgar desde su cima el cartel anunciador de cada edición– es el epicentro de un espectacular castillo de fuegos artificiales.

 

     Visita virtual a El Fadrí: https://bit.ly/3972Wo8

    Planifica tu escapada: https://www.castellonturismo.com

El Xacobeo 2021 también se vive y se siente por la Provincia de Cáceres

 

Siguiendo tres rutas –Vía de la Plata, Vía de la Estrella o el Camino de Galisteo a Riomalo de Abajo– los peregrinos que opten por el sudoeste español podrán llegar a Santiago atravesando el mágico entorno natural cacereño

 

Que un evento se celebre tan solo unas 14 veces cada siglo habla de su magnitud y singularidad. Y formar parte del mismo es un privilegio solo al alcance de unos pocos destinos. Como la Provincia de Cáceres, que será protagonista del Xacobeo 2021, una gran cita internacional que aúna historia, naturaleza, patrimonio… y espiritualidad. En especial a través de la Vía de la Plata –histórica senda romana que conectaba el sur con el norte de España– las tierras cacereñas acogerán a los miles de peregrinos que las atraviesen rumbo a Santiago de Compostela para alcanzar el jubileo. Y caminando por ellas, podrán respirar aire puro, degustar sus productos de proximidad, admirar sus joyas monumentales y contemplar las estrellas en uno de mejores cielos nocturnos de nuestro país.

 

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La Vía de la Plata, que atraviesa de sur a norte la Provincia de Cáceres, cobra este año especial protagonismo con motivo del Xacobeo o Año Jubilar, que se celebra cuando el Día del Apóstol Santiago (25 de julio) cae en domingo, como en este 2021. Una excelente oportunidad para hacer senderismo y alcanzar el jubileo en Santiago de Compostela.

 

Aunque, además de una estimulante práctica de turismo activo, el Xacobeo supone también un buen motivo para el reencuentro con uno mismo y la reflexión en contacto directo con la naturaleza. Un momento para ‘volver a lo que amas’ recorriendo la Provincia de Cáceres en cuanto la situación lo permita y siguiendo todos los protocolos sanitarios. Calzado apropiado para largas –aunque sosegadas– caminatas, sombrero, bastón, agua, viandas… y empezar a andar descubriendo todo lo mucho que ofrecen las tierras cacereñas: inmensas dehesas, bosques, embalses, ríos, puentes, pueblos cargados de historia y riqueza patrimonial; y, como no, una gastronomía de proximidad, sabrosa y auténtica. Y al término de cada jornada, tras recordar los momentos y experiencias vividas, alzar la mirada para contemplar el mágico espectáculo de las estrellas en uno de los mejores cielos nocturnos de España, reconocido como Destino Starligth en algunas zonas de la provincia.

 

Quienes opten por ir hacia Santiago por la Vía de la Plata podrán admirar lugares únicos, desde la comarca de Montánchez-Tamuja a las monumentales Cáceres o Plasencia; desde Trasierra-Tierras de Granadilla –con la legendaria Cáparra romana– al Valle de Ambroz, que cobija las medicinales aguas de Baños de Montemayor…

 

 

Otras dos rutas alternativas

 

También se puede ir hacia Santiago de Compostela por la Vía de la Estrella, que toma su nombre por partir del Arco de la Estrella, puerta oeste al recinto amurallado de Cáceres, y por coincidir en orientación con la Vía Láctea, que marca el rumbo de esta ruta. A partir de la Vía de la Plata, entronca con una antigua calzada romana que enlazaba Mérida, Cáceres y Braga por lo que también transcurre por tierras portuguesas. Y una vez allí, seguir por el Camino Portugués que conduce hasta Santiago de Compostela.

 

Una tercera opción cacereña es el Camino de Galisteo a Riomalo de Abajo, que transcurre por una estrecha senda paralela a la Vía de la Plata que parte de la localidad de Galisteo –con un valioso conjunto histórico mozárabe– junto al río Jerte. Esta ruta permite admirar lugares como el embalse de Valdeobispo o localidades como Santa Cruz de Paniagua o El Bronco antes de sumergirnos en la magia de Las Hurdes para finalizar en el fascinante Meandro del Melero, uno de los más singulares y cautivadores espacios naturales de la Provincia de Cáceres. Y desde allí, enlazar con el Camino Portugués en pos del jubileo.

 

 

         Más información: www.descubrircaceres.com

Alhambra Palace, un hotel comprometido con las Artes Escénicas

 

Inaugurado hace 111 años, a lo largo de su centenaria historia este 5 estrellas granadino ha acogido los más variados eventos culturales y artísticos

 

¿Cine? ¿Teatro? ¿Sala de conciertos? Pues… sí, todo ello ha tenido cabida en este palacio de la hotelería que es mucho más que un simple hotel. De ello se da uno cuenta nada más cruzar el umbral de su puerta, sumergiéndose en una especie de cuento de las mil y una noches. O visitando su Salón Teatro, hoy día uno de sus espacios MICE más emblemáticos. A principios del siglo XX fue una de las dos únicas salas cinematográficas granadinas (junto al cine Lux Edén); y también el ‘teatrillo’ en el que Lorca recitó por vez primera su Cante Jondo, Andrés Segovia dio sus primeros recitales de guitarra, Margarita Xirgú fue homenajeada tras estrenar la obra ‘Mariana Pineda’, de la que recitó algunos fragmentos… Y en plena posguerra, cuando su comedor y parte del zaguán fueron el improvisado escenario en el que la mismísima Orquesta Filarmónica de Berlín ofreció un concierto. ¡Arriba el telón!

 

 

    

     Qué es la vida? Un frenesí, una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”, escribió Calderón de la Barca en el siglo XVII. Sin embargo, a veces los sueños sí se hacen realidad. Como el del emprendedor Julio Quesada-Cañaveral y Piédrola, Duque de San Pedro de Galatino, quien, viendo el potencial que iba a tener el Turismo, mandó construir en los albores del siglo XX un hotel palaciego que fuera el complemento perfecto a la Alhambra granadina. Y más aún, que se convirtiera en el epicentro de la vida social y artística de la capital nazarí, como así fue. Porque ‘todo es posible en Granada’, como rezaba el título del fime de Rafael Romero Marchent…

 

El Alhambra Palace dejó de ser un sueño para convertirse en una realidad aquel 1 de enero de 1910 en el que abrió oficialmente sus puertas de la mano del rey Alfonso XIII. Y desde entonces, sus habitaciones –108 en la actualidad– y salones se han visto complementados por una intensa actividad artística. Federico García Lorca, Manuel de Falla, Andrés Segovia, Margarita Xirgú… ilustres nombres que daban esplendor a ese sueño del Duque de San Pedro de Galatino, empeñado en que su hotel se asemejara a los fondaks musulmanes, que aunaban alojamiento con espectáculo. ¡Y lo logró!

 

También el flamenco, santo y seña de las raíces artísticas más genuinamente granadinas, convirtió al ‘teatrillo’ del Alhambra Palace en un segundo Sacromonte, por cuyo tablao de tronío pasaron La Gazpacha, María la Canastera, La Golondrina… y hasta una jovencísima Lola Flores.

 

Asimismo, el Festival Internacional de Música y Danza de Granada unió su historia a la del Alhambra Palace, y no solo alojando a la mayoría de grandes intérpretes del mundo entero. Primero fue la terraza panorámica del hotel, con Granada a sus pies, la que acogío prolongaciones de las veladas musicales. Y posteriormente el propio ‘teatrillo’, escogido como una de las sedes principales del Festival, dando acomodo entre los años 1995 y 2004 al ciclo musical vespertino ‘Café-concierto’. Y, más contemporáneamente, otros ciclos que han aunado el amor a la música, con el jazz, el flamenco y la clásica como grandes protagonistas. Músicas del mundo entero en un hotel internacional que es mucho más que un establecimiento donde pernoctar: un verdadero templo para las artes escénicas.

 

   Más información del hotel en su web: www.h-alhambrapalace.es

 

Formentera apuesta por la cultura

8 interesantes citas para disfrutar de la menor de las Pitiusas este 2021

 

¿Quién dijo que a una isla paradisíaca sólo se va a disfrutar del sol, la playa y el dolce far niente? Formentera is different… y a lo largo del año lo pone de manifiesto ofreciendo también interesantes eventos culturales que son el complemento ideal a los chapuzones, el turismo activo o las visitas patrimoniales. Exposiciones, cine, música, fotografía, nuevas tecnologías, astronomía, foros… Un sinfín de variadas citas que son el aliciente perfecto para que la menor de las Pitiusas esté siempre presente en la mente del viajero. Porque Formentera es (también) Cultura.

 

1–Espacio cultural Far de la Mola. Ubicado en uno de los dos emblemáticos faros de la isla y único abierto en su interior, con lo que es también una buena oportunidad para visitarlo. Acoge a lo largo del año diversas exposiciones, como la fotográfica ‘La mujer de Formentera en el mundo rural’, que puede verse a partir de febrero, de martes a sábados, de 10:00 a 14:00 horas.

 

 

2–Formentera Fotográfica. Cita primaveral, en mayo, para los amantes de la fotografía. Talleres y ponencias a cargo de grandes profesionales de la imagen que convierten la isla en el mejor escenario para la creatividad fotográfica. Enfocar… y disparar. ¡Click!

 

 

3–Formentera 2.0. Un encuentro con la cultura digital mediante charlas, debates y ponencias sobre comunicación y creatividad, con una visión 360º. Una forma distinta de explorar Formentera descubriendo nuevos espacios mientras se aprende y disfruta intercambiando ideas frente a puestas de sol inolvidables. Coincide en las mismas fechas con Formentera Fotográfica.

 

4–Formentera Film Festival. En junio pero ¿dónde? ¡Sorpresa! Hay que estar muy atentos porque la característica que hace especial a esta cita cinematrográfica al aire libre, gratuita y autónoma, es que cada año se realiza en un lugar secreto de la isla que se anunciará oportunamente cuando falte poco. Un homenaje al cine fuera de los canales comerciales, proyectando filmes en blanco y negros que son autenticos clásicos. ¡Atención, cinéfilos!

 

5–Formentera Jazz Festival. También en Junio. La energía, el arte y la música de artistas –tanto emergentes como consagrados– del panorama local, nacional e internacional se reúnen en esta cita musical nacida con la inquietud artística que la isla siempre ha inspirado, tanto en sus habitantes como en sus visitantes.

 

6–Formentera Zen. Terminada la temporada veraniega es momento ideal para –en el arranque otoñal, a finales de septiembre– disfrutar de la isla de otra manera, menos masificada y más relajada, con este evento dedicado a la salud y el bienestar. Yoga, pilates, meditación, fitness, armonía corporal, hábitos saludables… Todo ello, con talleres, charlas, workshops y masterclass. El verdadero evento de la felicidad, corporal y mental. En ediciones anteriores ha contado con ponentes de la talla de Xuan Lua, Verónica Blume, Cesc Escolà o Carlos Ríos.

 

 

7–Formentera Astronómica. También en septiembre, la isla estrena este año un evento centrado en la observación y el conocimiento de los astros y planetas de nuestra galaxia aprovechando la baja contaminación lumínica de Formentera, que se presta al turismo estelar.

 

8–Foro Save Posidonia. Octubre acogerá esta cita bianual que pone en valor a Formentera como destino reconocido por su decidida apuesta por el ecoturismo y el turismo sostenible; con acciones como el Save Posidonia Project, proyecto pionero en el Mediterráneo occidental para recaudar fondos destinados a la conservación de la Posidonia Oceánica, su tesoro natural submarino, en peligro de extinción.

 

                           Más información: https://www.formentera.es

 

12 motivos para una cautivadora escapada a Menorca en 2021

 

Degustar una sabrosa ‘caldereta de langosta’, admirar la singular cultura
talayótica, senderismo junto al mar por el Camí de Cavalls, practicar deportes náuticos, chapuzones en playas y calas vírgenes… Menorca es el escenario perfecto para una oxigenante escapada en 2021, sin masificaciones, a ritmo slow y con una gran oferta de alojamientos rurales. Un variado cóctel de emociones para dejarse tentar por una isla que es Reserva de Biosfera desde hace más de un cuarto de siglo, Destino Starlight y Región Europea de la Gastronomía 2022. Estos son 12 buenos motivos para disfrutarla con los cinco sentidos.  

 

     1–Gastronomía. La cocina menorquina, con productos de proximidad, tiene a lo largo del año diversas citas, como las Jornadas de Peix o las de la Perdiz (febrero), Vedella Vermella (marzo), Menorca en el Plato (junio), Mostra de Cuina Menorquina (septiembre)… sin olvidar que durante enero continúan los ‘Miércoles es dia de Brou’. Una excelente oportunidad para degustar platos como la ‘caldereta de langosta’ o productos como el queso DO Mahón, sobrasada, vaca menorquina, ‘carn i xua’, ‘cuixot’, el aceite de acebuchina o los vinos.

 

 

2–Patrimonio. Diversas rutas –talayótica, británica, fortificada, museística, religiosa– ponen en valor toda la riqueza patrimonial de la isla, como complemento perfecto a las visitas en cualquier época del año.

 

 

3–Cultura. Música, artes escénicas o cine se dan cita en eventos como el Menorca Jazz Festival (marzo a mayo), Cranc Festival (mayo), Festival Pedra Viva (julio a septiembre), Menorca Film Festival (julio)… o la temporada de Ópera en el Teatre Principal de Maó, el coliseo operístico más antiguo de España, que data de 1829.

 

 

4–Deporte. Menorca es escenario de numerosas competiciones. Así lo demuestran trails como el dels Fars (febrero), Camí de Cavalls (mayo) o el Epic Camí de Cavalls 360º (noviembre); la Copa del Rey de Vela Clásica (agosto), la Regata Reserva de Biosfera (septiembre), las 5/10 Millas Ciutat de Maó (septiembre), la Triatlon Artiem Half Menorca (septiembre) o el Estrella Damm Menorca Open de Padel (octubre).

 

 

5–Turismo activo. Al margen del deporte de competición, Menorca permite la práctica de actividades al aire libre, tanto marítimas (kayak, vela, windsurf paddle surf, snorkel, submarinismo) como terrestres (golf, cicloturismo, equitación o senderismo por el histórico Camí de Cavalls, que circunvala la isla en los 185 kms. de su perímetro)

 

6–Turismo náutico. Una manera tranquila y lúdica de descubrir la esencia marítima y marinera menorquina a través de excursiones en barco o catamarán.

 

7–Naturaleza. Reserva de Biosfera desde 1993, tiene su núcleo en el Parque Natural de s’Albufera des Grau. Pero recorriendo la isla se puede admirar la forma como se ha parcelado el campo –mediante la ‘pared seca’, pared de piedras sin ningún tipo de argamasa, característico del paisaje menorquín–, el paisaje rocoso de Punta Nati o ese fascinante cóctel de dunas, barrancos y conjuntos forestales de encinas, acebuches y pinares.

 

 

     8–Sol y playa. Al norte, la zona de ‘tramontana’ destaca por sus formaciones rocosas de pizarra y arcillas rojas, con calas y playas salvajes como Cavallería, Pregonda, Pilar o Algaiarens. La zona sur ofrece calas paradisíacas de fina arena y aguas turquesa, como Macarrella, Turqueta o Es Talaier. También hay playas urbanas, como Cala Galdana, Son Bou o Punta Prima, con todos los servicios, bandera azul y alojamientos hoteleros de calidad.

 

9–Fiestas. Con los caballos como grandes protagonistas, los ‘jaleos’ (de junio a septiembre) son una de las señas de identidad festivas de Menorca y tienen incluso una feria: la del Caballo de Raza Menorquina (mayo). También son de destacar sus mercados y mercadillos veraniegos.

 

 

    10–Observación de estrellas y cielo nocturno. Reserva y Destino Starlight desde 2019, Menorca es ideal para admirar las estrellas por la calidad de su cielo, limpio de contaminación lumínica. A lo largo de todo el año se organizan experiencias de estas características, en especial en la zona de La Vall (Algaiarens).

 

     

     11–Birding. Los amantes de la observación de aves también pueden disfrutar de este espectáculo natural. Situada en mitad de las rutas migratorias del Mediterráneo, Menorca ofrece la posibilidad de ver unas 200 especies de aves, en especial en s’Albufera des Grau, aunque también en diferentes zonas húmedas, barrancos, acantilados e islotes.

 

12–Bienestar. La salud y el wellness son el perfecto complemento a las distintas actividades físicas que ofrece la isla. Una apuesta por el turismo slow y en espacios rurales que hará las delicias de las familias con niños.

 

                             Más información en: www.menorca.es