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El V Centenario del ‘Camino Ignaciano’ peregrina por Rioja Alavesa

 

La comarca alavesa también es protagonista en el 500 aniversario de la ruta que recorrió San Ignacio de Loyola en 1522, desde su ciudad natal hasta Manresa

 

Tierra de vinos, historia y emociones, Rioja Alavesa es también un destino ideal para los amantes del turismo religioso. Y no solo es parte del Camino de Santiago sino también de otro menos conocido –el Camino Ignaciano– pero que este año cobra protagonismo por un anivesario muy especial: la celebración de su V Centenario. Los amantes del senderismo que deseen alcalzar el Jubileo recorriendo los 675 km que separan Loyola de Manresa, peregrinando como lo hizo el santo en el siglo XVI, pasarán por Kripan, Elvillar, Laguardia y Lapuebla de Labarca, pudiendo recorrer estos pueblos medievales, admirar sus paisajes de viñedos… y degustar los excelentes vinos de cualquiera de sus 22 bodegas. ¡Rioja Alavesa peregrina en 2022!

 

 

En tiempos de incertidumbre y desasosiego –pandemia, guerra…– nada como tomarse unos días de respiro y relajación para olvidarnos del mundo, disfrutar de la naturaleza y reencontrarnos con nosotros mismos. Y si esa escapada tiene un componente espiritual, mucho mejor. El que siempre propone el Camino de Santiago… al que este año, de modo muy especial, se suma el Camino Ignaciano. Una ruta que cruza cinco comunidades autónomas, pasando por la provincia de Álava… y sumergiéndose en la más pura esencia de una de sus comarcas: Rioja Alavesa.

 

Fue hace justo 500 años –¡casi una eternidad!– cuando un militar reconvertido en líder religioso tras caer herido en la guerra –Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús– emprendió un camino que marcaría el rumbo de su vida. Y desde su Loyola natal, en Guipúzcoa, caminó en peregrinaje hasta Manresa (Barcelona), donde está la ahora llamada ‘Cova de San Ignacio’. Un total de 675 km cuyas reflexiones, oraciones y meditaciones plasmó en su libro ‘Ejercicios espirituales’.

 

Cinco siglos después, el ‘Camino Ignaciano’ permitirá a quienes deseen emular a San Ignacio alcanzar el Jubileo. Y para ello deberán cruzar tierras de Rioja Alavesa. En concreto, el tramo comprendido entre Kripan y Lapuebla de Labarca, pasando por Elciego y Laguardia, la capital comarcal. Un total de 25 intensos kilómetros entre viñedos… ¡y bodegas! Porque Rioja Alavesa es tierra de vides… ¡y vinos!

 

La entrada del Camino en la comarca se realiza por la aldea de Kripan, ubicada en la ladera sur de la Sierra de Toloño, límite natural con el resto de la provincia. En ella el peregrino podrá admirar un yacimiento arqueológico (la cueva de Los Husos), un dolmen (los Llanos) y la iglesia de San Juan Bautista, del siglo XVII, además de los restos de la antigua iglesia de Santa María (su portada románica y una torre). A solo 6 kms se encuentra Elvillar; nuevo alto en el camino para visitar la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, la Casa del Indiano y, a las afueras, el dolmen ‘La Chabola de la Hechicera’. Aquí podemos empezar a catar la esencia vitivinícola de Rioja Alavesa a través de tres bodegas: Altos de Rioja, Lar de Paula y San Roque S.COOP.

 

 

De Laguardia a Lapuebla de Labarca

           Apenas 7 kms después, tras atravesar un mar de viñedos, se llega a Laguardia, integrada desde 2016 en la Asociación de Pueblos más bonitos de España. Una villa medieval amurallada (siglo XIII) que sumerge al visitante en un viaje en el tiempo a través de su laberinto de calles empedradas bajo las cuáles se hallan decenas de calados que albergan bodegas familiares. Su joya patrimonial es la iglesia de Santa María de los Reyes que destaca por su puerta gótica policromada plagada de imágenes de la vida de la Virgen. Pero también son dignas de admirar las cinco puertas de su muralla, sus casas palaciegas, la Torre Abacial o la iglesia de San Juan Bautista.

 

 

Laguardia y sus alrededores albergan otras 14 bodegas (que también forman parte de las 58 integradas en la Ruta del Vino de Rioja Alavesa): El Fabulista, Campillo, Carlos San Pedro Pérez de Viñaspre, Casa Primicia, Javier San Pedro Ortega, viña Lamioga, Laukote, Mayor de Migueloa, Cosme Palacio, Ruiz de Viñaspre, Solar de Samaniego, Solar Viejo, Vallobera e Ysios (diseñada por el reconocido arquitecto Santiago Calatrava).

 

 

De nuevo en camino, el peregrinaje ignaciano lleva, 10 kms al sur, hasta Lapuebla de Labarca. Ubicada sobre una zona escarpada –el Risco– su nombre se atribuye a una barca que, en tiempos pasados, cruzaba el río. Otra joya de la arquitectura rural con casas de estilo renacentista, incluidos sus escudos de armas en la fachada. A destacar también la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (siglo XVI) y, tras el ayuntamiento, un espectacular mirador panorámico con vistas al Ebro y a los viñedos. Los amantes del enoturismo podrán disfrutar allí de otras cinco bodegas: Bodegas y Viñedos Casado Morales, Covila, Estraunza, Muro y Loli Casado.

 

El Camino Ignaciano sale de Álava cruzando el Ebro para continuar por La Rioja, dejando en el peregrino-viajero las mil y una vivencias de una Rioja Alavesa impregnada ya para siempre en su recuerdo, espiritual y emocional.

Más información: www.rutadelvinoderiojaalavesa.com y https://caminoignaciano.org/

7 claves para admirar la belleza floral de Formentera… ¡en primavera!

Un completo catálogo permite identificar el valioso patrimonio vegetal de la isla repartido en siete hábitats plagados de bellas sorpresas para un senderismo relajante y aromático

 

¿Sabíais que Formentera es también un paraíso floral? Un tanto eclipsado por sus playas y calas de aguas cristalinas –su más potente imán veraniego– la menor de las Pitiusas es también un Edén por descubrir. Porque, más allá de su salvaje belleza, la isla atesora una variadísima flora autóctona arropada en una diversidad de zonas que combinan sus atractivos paisajes con la observación de especies únicas. Ahora que aun no apetecen los chapuzones, pasear por ella permite al visitante admirar sabinas retorcidas por el viento o bosques de pinos pero también enebros, romeros, brezos, tomillos, amapolas, margaritas, gladiolos, campanillas de las dunas, azucenas de mar, limoniums, eneas, carrizos … ¡e incluso delicadas y románticas orquídeas!
Porque Formentera… también es bella en primavera.

 

 

La naturaleza de Formentera se presenta de manera tan austera como privilegiada. Con la precipitación media más escasa de Baleares, la vegetación de la menor de las Pitiusas es capaz de mostrarse ante el visitante con todo su esplendor. Y de manera muy especial en primavera cuando estas joyas naturales empiezan a brotar como por arte de magia. Estas son las 7 claves para brujulear por la isla y admirarlas…

 

1– Espacios forestales

         Adentrarse en los bosques de Formentera, dominados por sabinas y pinos, es también descubrir otros estratos herbáceos dignos de admirar. En lugares donde las condiciones del suelo permiten mayor densidad y desarrollo aparecen las máquias (arbustos de altura entre 50 cm y 4 metros) e incluso especies como el madroño. En los de menor densidad hay mayor diversidad de especies, como el romero, el brezo, las jaras o los aromáticos tomillos. La presencia de encinas es testimonial. La Mola y Cap de Barbaria son las zonas donde los hábitats forestales se encuentran mejor representados. Estos ecosistemas forestales son esenciales tanto para retener el agua de las lluvias como para servir de refugio a la fauna silvestre.

 

2– Diversidad efímera: las orquídeas

         Son formaciones que alcanzan una gran extensión y que, por su importancia y fragilidad, están catalogadas como Hábitat de Interés Comunitario Prioritario por la Directiva de Hábitats. Destacan entre ellas las bellísimas y delicadas orquídeas. En Formentera existen 17 especies autóctonas. Crecen solo en suelos inalterados y bajo condiciones muy particulares. Y son conocidas por sus estrategias de polinización, basadas en el ‘engaño’ a determinados insectos.

 

3–Entre campos de cultivo

         Parte importante del suelo de Formentera está dedicado a la agricultura, con la higuera (símbolo de la isla) y la vid como cultivos más extendidos. También pueden verse –aunque en menor medida– almendros, algarrobos y olivos. Una interminable lista de plantas de preciosa floración primaveral llenan de aromas y colores los paisajes agrícolas y caminos interiores: amapolas, caléndulas, margaritas, gladiolos… También muchas plantas silvestres que crecen en la isla han sido utilizadas tradicionalmente por sus propiedades medicinales o culinarias. Como el ‘tomillo cabezudo’ (para elaborar licor de hierbas), las ‘collejas’ (verdura que es ingrediente principal de un plato autóctono, el cuinat, típico de Semana Santa) o el ‘hipérico’ (con el que se elaboraba un aceite de importantes propiedades curativas y cicatrizantes).

 

4–La vegetación de las dunas

         Las playas de Formentera acogen algunos de los sistemas dunares mejor conservados de las Baleares, como en Ses Illetes, Cavall d’en Borràs, Levante, Migjorn o s’Alga (en la isla de s’Espalmador). Incluyen una parte sumergida –los arrecifes que se forman por las praderas de Posidonia oceánica– y una parte emergida, las plantas que crecen sobre las dunas, con sus raíces profundas, retienen el sustrato arenoso y fijan estas dunas. Ellas albergan diversas comunidades de plantas, como la ‘rubia marina’, el ‘rábano de mar’, la ‘campanilla de las dunas’ o la ‘azucena de mar’. Y sobre las más alejadas del mar se asientan las sabinas.

 

5–La flora de las Salinas

         Los saladares son un hábitat de gran singularidad donde crecen especies únicas. En Formentera se ubican en las inmediaciones de las salinas (estany Pudent, estany des Peix o las salinas Ferrer y Marroig) y en la pequeña laguna de s’Espalmador. Aquí aparecen diversas especies endémicas, como ‘Limonium formenterae’, ‘Limonium wiedmanni’ o ‘Limonium gosii’. Y en el Camí des Brolls, además de su Ruta Ornitológica hay algunas zonas de vegetación ligada al agua dulce, como eneas o carrizos.

 

6–Las plantas del litoral: entre sal y rocas

         Casi un 30% de las plantas catalogadas pertenecen a las comunidades litorales. Los tramos rocosos de primera línea de costa presentan vegetación más empobrecida. La más extendida es la ‘Limonium minutum’, exclusiva de Balerares, y el ‘Limonium cassonianum’ presenta flores blancas. Acompañando a estas especies suele estar el ‘hinojo marino’. Una buena representación de los hábitats litorales está en pequeños islotes como s’Espalmador o es Freus.

 

7–Entre riscos y peñascos: el encanto de la rareza

         Los acantilados de la Mola y Cap de Barbaria custodian especies vegetales de gran valor naturalístico, como el ‘palmito’, única palmera autóctona de este territorio, en zonas inaccesibles de punta de sa Creu. La Mola es rica en endemismos, como la ‘Saxifraga corsica subsp. cossoniana’, diminuta planta de flores blancas. Pero es precisamente el endemismo el que genera encanto por su rareza. En Formentera hay más de una veintena de plantas endémicas.

 

         Formentera es el destino ideal para una primavera de relajados paseos florales.

   

Más información en: https://www.formentera.es/planifica/folletos-mapas-y-guias/

El despertar granadino de la primavera… ¡al son del Hotel Alhambra Palace!

 

Tras el ‘letargo’ invernal florecen las ilusiones, las ganas de salir, de alegrar la vida… Es lo que ofrece una ciudad como Granada: soleada, universitaria, patrimonial… ¡vibrante! El Hotel Alhambra Palace abre sus puertas a todos aquellos que quieran disfrutar en la capital nazarí de una primavera a la que Vivaldi puso música en la primera de sus ‘Cuatro estaciones’. Y es que este centenario 5 estrellas es también pura sinfonía emocional como pudieron experimentar en su día grandes de la música como Manuel de Falla, Andrés Segovia, Cole Porter, Von Karajan, Plácido Domingo o Montserrat Caballé. ¡Bienvenida, primavera!

 

 

         ‘Granada… tierra soñada por mí’. Así de emocional la presintió el compositor mexicano Agustín Lara cuando escribió la letra de su inmortal canción en 1932; tres décadas antes de visitarla… y dos décadas después que –en 1910– se abrieran oficialmente las puertas del Hotel Alhambra Palace, el más emblemático hotel desde el que disfrutar la capital nazarí. Porque este 5 estrellas granadino –antesala de la monumental Alhambra– ha acogido en sus estancias a las más prestigiosas personalidades de la realeza, la política, la cultura, las artes, el cine… ¡y la música!

 

 

El propio Agustín Lara es uno de los grandes de la música que en su día buscaron fuente de inspiración en el Hotel Alhambra Palace. Al igual que otros compositores como Manuel de Falla, Richard Strauss, Cole Porter o Augusto Algueró; directores de orquesta como Herbert von Karajan, Zubin Mehta, Daniel Barenboim o López Cobos; sopranos como Montserrat Caballé o Ainhoa Arteta; tenores como Plácido Domingo; guitarristas como Andrés Segovia, Narciso Yepes o Paco de Lucía; pianistas como Arturo Rubinstein o Ataulfo Argenta; violonchelistas como Rostropovich; músicos como Lenny Kravitz o The Coore; cantantes como Mariah Carey, Lola Flores, Rocío Jurado, o Miguel Ríos

 

Todos ellos dejaron profunda huella en un Alhambra Palace que no solo es un palacio de los sueños –para quienes pernoctan en cualquiera de sus 108 habitaciones, todas exteriores– sino también historia de la música, en el que disfrutar del ‘despertar de la primavera’ tarareando a Vivaldi… y admirar Granada a nuestros pies desde el más majestuoso palco: su terraza panorámica. Todo ello, antes de visitar la monumental Alhambra –a solo 10 minutos andando del hotel–, brululear por el laberíntico Albaicín árabe, el judío Realejo, el Centro Histórico cristiano… o sentir palpitar el alma gitana cobijada en las casas-cueva del Sacromonte.

 

 

     Primavera es ideal para visitar Granada, con una temperatura perfecta para pasear por sus animadas calles, disfrutar de la alegría que destila una ciudad universitaria con una intensa vida cultural o admirar la riqueza paisajística de sus alrededores, como Sierra Nevada, o el encanto rural de los pueblos blancos de la Alpujarra o el Valle de Lecrín. Sí, con el ‘despertar de la primavera’ vale la pena descubrir porqué Granada –como componía Agustín Lara– es esa “tierra soñada… llena de lindas mujeres, de sangre y de sol”.

 

 

Más información del hotel en su web: www.h-alhambrapalace.es

10 pistas para un viaje a la prehistoria en Roses

 

La localidad rosense, referente de la Costa Brava, atesora un rico patrimonio arqueológico perfectamente integrado en el paisaje que arropa sus alrededores

 

En pleno siglo XXI… ¿os imagináis poder realizar un apasionante viaje en el tiempo –¡a 3.000 años antes de Cristo– simplemente dando un paseo por la naturaleza? Esta es una de las experiencias sensoriales con las que Roses sorprende al visitante amante del senderismo. Y es que su entorno natural da cobijo a dólmenes, menhires, cistas y necrópolis que son huella de los primeros moradores de estas tierras. Un Conjunto Megalítico con tres itinerarios y casi una treintena de vestigios prehistóricos, protegidos como Bien Cultural de Interés Natural, de los que podríamos destacar una decena. Entre ellos, el Dolmen de la Creu d’en Cobertella, el más grande de Cataluña.

 

 

     Más allá de sus playas y calas, de su majestuosa bahía o de los monumentos integrados en el propio núcleo de la localidad –como la Ciutadella o el Castillo de la Trinitat– Roses atesora un patrimonio arqueológico que data del megalítico, repartido en tres itinerarios fácilmente visitables gracias a la renovada señalización implementada hace año y medio, tanto direccional como interpretativa, con códigos QR accesibles a través del móvil.

 

Dos de estas rutas son el Itinerario Megalítico de la piedra seca I y II, circuitos circulares de unos 4 kms que permiten descubrir y admirar espacios funerarios prehistóricos. La tercera es el Itinerario Megalítico y de paisaje III, de unos 10 kms, que realiza una vuelta completa por el valle de Montjoi, invitando a descubrir el paisaje forestal y solitario, los fresnos y las encinas de estas tierras y, cómo no, sus vestigios megalíticos. Estos son los 10 principales.

 

1–Dolmen de la Creu d’en Cobertella. El más grande de Cataluña, documentado desde 1912 y construido con siete inmensos bloques de piedra colocados verticalmente y una losa de cubierta con un peso de más de 18 toneladas. Un sepulcro de corredor de cámara con unas dimensiones de 3,90 metros de largo, 3,20 de ancho y 2,45 de alto. ¡Espectacular!

 

2–Dolmen del Llit de la Generala. Sepulcro de corredor con cámara subcircular y estrecho pasadizo. Antes de ser excavado y restaurado en 2001 estaba encajado en una pared de viña que protegía parte del montículo, el pasillo y las losas caídas.

 

3–Dolmen del Cap de l’Home. También conocido como Turó de l’Home. De cámara trapezoidal corta, en su interior se hallaron un cuchillo, un raspador de sílex y un collar. Tras la cabecera aun queda parte del montículo que lo rodeaba, estimado en 7 u 8 metros de diámetro. El entorno fue aplanado y restaurado a principios de los años 80.

 

     4–Dolmen de la Casa Cremada. Se cree que era un sepulcro de corredor, de cámara trapezoidal, aunque su estado no permite asegurarlo. Del megalito se han identificado las dos losas de gneis que debían construir la cámara. Esta zona de la Casa Cremada fue en la prehistoria un área dedicada a los entierros.

 

5–Menhir de la Casa Cremada I. Un gran bloque de gneis, de 2,4 metros de altura. La piedra presenta una beta blanca de cuarzo en la parte superior que lo caracteriza y los cantos del megalito están retocados. Descubierto en 1996.

 

6– Cista del Pla de les Gates. Tumba neolítica ubicada sobre la loma­­ de la Torre del Sastre, integrada en la necrópolis de Montjoi; un área de entierro que ocupaba montañas en un radio de 1,5 km. La población habitaba probablemente los valles fértiles del entorno. De su estructura solo se conserva una de las losas laterales de pizarra que delimitaban la cámara.

 

     7–Cista del Puig Rodó. Tumba de la que solo se conserva el montículo circular y la base rectangular de la cámara funeraria. Descubierta en 1985, el montículo está compuesto por piedras del entorno (cuarzo y pizarra) y conserva la mitad de su altura original, de un metro.

 

8–Tumba del General. Sepulcro megalítico tipo cista con un montículo formado por una cámara rectangular larga excavada parcialmente en la roca. Descubierta en 1946, su cubierta actual no es la original, que debió ser una gran losa que cerraba todo el espacio.

 

9–Necrópolis del Puig Alt. Cementerio de montículos del final de la Época de Bronce, dividido en dos núcleos de entierros: uno de 36 tumbas y otro de cinco. Excavada en 1965, la estructura de las tumbas y el hecho de que el ritual fuera la cremación habla de un ceremonial en el que primero se preparaba el cuerpo del difunto, se trasladaba a la pira funeraria donde era quemado y luego sus cenizas se esparcían sobre la tumba.

 

10–Bauma del Cap de l’Home. Cavidad natural a partir de una roca que sobresale de la pared rocosa. El espacio cubierto que se crea debajo se cerró con una pared de piedra seca, para guardar o cobijar rebaños. En el centro de la cueva hay un pasillo con escalones que permite el acceso al interior del espacio. Son construcciones ligadas a la explotación agropecuaria del entorno.

Más Información: http://ca.visit.roses.cat

8 miradores señalizados para enamorarse de Roses y su bahía

 

Este 2022 se cumple el 10º aniversario de su integración en la selecta Asociación de Bahías Más Bellas del Mundo, apenas una cuarentena

 

Hay varias maneras de disfrutar la singular belleza de la bahía de Roses: desde el mar, desde sus playas y calas… ¡y desde las montañas! Subidos a lo alto de ellas es cuando mejor se admira la majestuosidad de este fenómeno natural, uno de los más bellos del mundo. Ahora, disfrutar de sus panorámicas y conocer los detalles de cuanto la envuelve es más fácil gracias a estos 8 miradores perfectamente señalizados y ubicados en lugares estratégicos: Puig Rom, Castrum visigótico, Puig Alt, Pic de l’Aliga, Puig del Gall, Torre de Norfeu, Carretera de Montjoi y Coll de Sant Genís. ¿Por cuál queréis empezar?

 

 

Todos estos miradores disponen ahora de un panel informativo que ofrece una fotografía panorámica del paisaje que se visibiliza desde cada punto y donde se indican los principales elementos geográficos de referencia, así como un mapa con la localización de los otros miradores. También aparece en cada panel un código QR que permite obtener más información sobre el Parc Natural de Cap de Creus. La nueva señalización se ha realizado de acuerdo con la normativa y diseño propios del Parque, que ha colaborado con el Ayuntamiento de Roses en este proyecto divulgativo.

 

Esta importante novedad informativo-paisajística sigue las directrices del plan de marketing turístico de Roses con el fin de potenciar la imagen y el conocimiento de su bahía con motivo del 10º aniversario de su integración en la selecta Asociación de Bahías más Bellas del Mundo, así como los productos de naturaleza y turismo activo.

 

Esta Asociación fue creada en 1997 y forman parte de la misma 41 bahías de 27 países, entre ellas las de San Francisco (EEUU), Agadir (Marruecos), False Bay (Sudáfrica), Ha Long (Vietnam), Mont Saint-Michel (Francia) o la de Santander (la única otra española). Roses entró a formar parte de ella en 2012 tras la candidatura presentada de forma conjunta por los cuatro municipios que integran la Bahía de Roses: Roses, Castelló d’Empúries-Empuriabrava, Sant Pere Pescador y L’Escala-Empúries.

 

Entre los aspectos valorados para la elección se tuvieron en cuenta atractivos como la existencia de parques naturales, los numerosos yacimientos arqueológicos que acoge, los más de 45 kms de playas de gran calidad, la gastronomía propia de la zona, la gran diversidad de opciones para la práctica de deportes náuticos, terrestres y aéreos, la convivencia de actividades diversas y el potencial para el desarrollo económico o el valor emblemático para la población local.

 

 

Más Información: http://ca.visit.roses.cat

 

Formentera: San Valentín en el paraíso

 

Para celebrar el Día de los Enamorados… ¿qué mejor que una escapada al paraíso? Levitando sobre el Mediterráneo y rodeada de playas de cristalinas aguas, Formentera es el lugar perfecto para seguir avivando la llama del amor y perderse junto a la persona amada dedicándole todo el tiempo deseado pero que la vida cotidiana nos resta a diario. Es coger la bici y brujulear por un laberinto de Rutas Verdes de salvaje belleza. Es compartir con tranquilidad una deliciosa comida o cena con productos de proximidad. Es sentarse juntos para ver cómo el sol se acuna dulcemente en el Mare Nostrum dejando el cielo teñido de su mágica estela rojiza en las románticas puestas de sol de Cala Saona o Cap de Barbaria. Es mirarse a los ojos y susurrarle a la pareja: Te quiero

 

 

Pequeña en tamaño –apenas 83,2 km2– pero grande, infinita en emociones, Formentera sigue manteniendo intactas sus señas de identidad: esa salvaje belleza que la ha convertido en ‘el último paraíso del Mediterráneo’. El lugar donde desconectar del mundo… para conectar con la persona amada. Y a dos semanas vista de San Valentín, el lugar idílico para sorprender a la pareja con una escapada de enamorados… o regalarle una ilusión para el próximo verano.

Lejos de la vorágine estival, pero con una temperatura templada que hace agradable la estancia, Formentera permite disfrutar de sus playas de una manera distinta a la veraniega: sin chapuzones ni baños de sol… pero paseando con los pies descalzos por la arena de Ses Illetes o Llevant, de Es Pujols o sa Roqueta, de Ses Platjetes o de la casi infinita Migjorn… Inhalando la más pura esencia Mediterránea y perdiendo la vista en el horizonte marino. Pero también hacer senderismo o coger un par de bicicletas para recorrer los entrelazados caminos de sus 32 Rutas Verdes perfectamente señalizadas; o pasear escuchando el celestial canto de los pajaros por el Camí des Brolls, su Ruta Birding que rodea el perímetro del Estany Pudent.

 

 

Para cualquier pareja de enamorados, Formentera es sentarse a la mesa para descubrir una cultura culinaria amparada en productos de la tierra que –transmitida de generación en generación– ofrece autenticas tentaciones para el paladar, como la Ensalada payesa, el Frit de polp o los Calamars a la bruta, maridadas con los vinos de sus dos bodegas: Terramoll y Cap de Barbaria. Y al caer la tarde, nada mejor que un baño de romanticismo en Cala Saona o sobre los acantilados de Cap de Barbaria, con su majestuoso faro, para poner la guinda crepuscular a una inolvidable escapada de enamorados. San Valentín… ¡en Formentera!

 

Más información en: https://www.formentera.es