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8 rutas para descubrir un tesoro natural de Castelló de la Plana: el Desert de Les Palmes

Este año cumplirá tres décadas y, junto al ermitorio de La Magdalena y la Islas Colombrutes, completa la trilogía de parques naturales que Castelló ofrece a sus visitantes

3.200 hectáreas integran el Desert de Les Palmes, una de las joyas naturales de Castelló. Su variada fauna y vegetación arropan otros atractivos patrimoniales como los castillos de Miravet, Montornés y el Castell Vell –lugar de origen de la capital de la Plana– o las ermitas de Les Santes y de la Magdalena. Un lugar ideal para combinar el senderismo –a través de 8 rutas para todos los gustos– con los chapuzones en la playa.

 

De entrada, su nombre puede llevar a engaño; pero nada más lejos de la realidad… El Desert de les Palmes poco tiene que ver con lo que entendemos por una zona árida y desértica. Más bien al contrario, este parque natural –que justo en octubre de este año cumplirá tres décadas– es una de las joyas verdes que Castelló de la Plana comparte con otros cuatro municipios: Benicàssim, Cabanes, La Pobla Tornesa y Borriol.

 

Una parte de su nombre –desierto– deviene del término con el que los carmelitas descalzos, allí presentes, designaban a los lugares solitarios ideales para el retiro y la meditación. La otra –las palmas– a la abundante presencia de una palmera autóctona: el palmito.

 

Sus 3.200 hectáreas albergan una rica variedad de vegetación –brezo, enebro, madroño, romero, tomillo o jaras, además del citado palmito– y de fauna: más de 120 especies de aves, como el águila perdicera, halcón peregrino, gavilán, lechuza o buho; mamíferos como conejos, jabalíes, zorros o ardillas; y reptiles como la lagartija.

 

El Desert de les Palmes, al que desde Castelló de la Plana se accede por la salida 46 de la AP-7 (Castelló Norte-Benicàssim), acoge también interesantes joyas patrimoniales como el Castillo de Miravet, conquistado a los árabes por el Cid en 1091; el Castillo de Montornés, del siglo X y habitado hasta finales del XV; el Castell Vell, donde se gestó Castelló antes de trasladarse a la plana en el siglo XIII; la ermita de Les Santes, reconstruida en el siglo XVII; la ermita de la Magdalena, cuya romería constituye el momento álgido de las fiestas fundacionales castellonenses; o el Monasterio Desierto de Las Palmas, habitado por los frailes carmelitas descalzos desde 1784.

 

Este verano, entre chapuzón y chapuzón en las tres playas castellenses –Pinar, Gurugú y Serradal– este parque natural es ideal para disfrutar de un poco de turismo activo al aire libre a través de sus 8 rutas senderistas:

1 – Subida al monte Bartolo. Parte del Centro de Interpretación del parque y asciende al punto más alto del mismo, la cima del Bartolo, a 729 metros de altitud. Es la cota más alta del parque y desde ella se domina el Maestrazgo, la Serra d’Espada y las islas Columbretes. Consta de 6,8 kms y un tiempo estimado de 1 hora 45 minutos.

 

2 – Itinerario circular por las Crestas. También asciende al Bartolo pero por otro lado. Es de las rutas con mayor dificultat pero queda compensado por sus excelentes vistas panorámicas. Consta de 7 kms y una duración de 2 horas 20 minutos.

 

3 – Itinerario circular de les Santes por el Bartolo. Parte del Centro de Interpretación, asciende al Bartolo y desciende luego por un barranco hasta la ermita de Les Santes. Consta de 15,5 kms y una duración de 4 horas.

 

4 – Itinerario a La Pobla Tornesa. Ruta que transcurre por preciosas sendas y caminos forestales hasta este bello pueblo. En él puede admirarse el Palacio del Varón, el Horno y su iglesia del siglo XVIII. Consta de 5,7 kms y una duración de 1 horas 30 minutos.

5 – Itineario lineal al Castillo de Montornés. Permite disfrutar de sus ruinas árabes del siglo X, con impresionates vistas panorámicas a La Plana, la Serra d’Espada y el puerto del Grau. Consta de 3,5 kms y una duración de 1 hora 30 minutos.

 

6 – Itinerario circular por las Fuentes del Desert. Parte del mirador de Sant Josep (donde pueden aparcarse los vehículos) y permite admirar tres de las fuentes del parque: Fuente de Sant Josep, Fuente Tallada y Fuente de Roc, el manantial más puro y mejor conservado. Es la ruta más refrescante. Consta de 7 kms y una duración de 3 horas.

 

7 – De Benicàssim a la Fuente Tallada. Parte de esta localidad –situada a 12 kms de Castelló– y transcurre por el barranco de Miravet hasta esta emblemática fuente. Desde ella puede admirarse en toda su plenitud las Agulles de Santa Àgueda. Consta de 4,8 kms y una duración estimada de 2 horas 30 minutos.

 

8 – Itinerario circular de Les Santes. Ruta senderista por uno de los barrancos más frescos de todo este paraje natural y arranca en su ermita, enclavada en el propio barranco. Desde ella se contempla la cumbre del Bartolo, el barranco de la Porquereta y, al fondo, La Pobla Tornesa. Consta de 4 kms y una duración de una hora.

     Más información en las webs https://www.castellonturismo.com/ y https://bit.ly/2SPllNB

 

EXTREMADURA, UNA ‘MINA’ MINEROMEDICINAL

Adentrarse en las profundidades cavernosas de ‘La Joyona’ parar recuperar el cuerpo y el alma en el Balneario el Raposo son la combinación perfecta para un verano refrescante de interior

El plan más refrescante para este verano está en Extremadura. Pasar un día apasionante visitando la mina de ‘La Joyona’ y bañarse en las aguas mineromedicinales del Balneario el Raposo es la mezcla perfecta para vivir el interior de España. Si a eso se le suman los tratamientos de los que dispone el centro termal, la gastronomía, en la que no puede faltar el jamón ibérico, y sus 30.000 metros cuadrados de espacios verdes en los que poder pasear o dejar que los más pequeños de la casa disfruten del aire libre, la escapada es irresistible.

 

Poder disfrutar del tiempo libre, hacer actividades culturales y desconectar. Esa combinación perfecta y que todo el mundo busca el verano está en el Balneario el Raposo, en Extremadura. Entre las refrescantes aguas mineromedicinales del centro termal uno puede pasar sus días de descanso, sumergido en sus piscinas, entre bañeras de hidromasaje, aprovechando su circuito termal o siendo renovado por sus masajes de seda.

Esta oferta está aderezada con la mejor despensa en Tierra de Barros encabezada, como no puede ser de otra manera, por el jamón ibérico y bañado con los vinos de denominación de origen extremeña. Además, al caer la tarde se pueden alquilar bicicletas en el hotel y disfrutar de los 30.000 metros cuadrados de jardines verdes que posee el Balneario. Un establecimiento certificado con la Q de calidad y la ISO 14001 que está pegado al centro termal

 

Junto a todo ello no hay que olvidarse de las excursiones que uno puede realizar desde este establecimiento cuya privilegiada ubicación permite estar a ‘tiro de piedra’ de un amplio abanico de lugares culturales e históricos. Entre ellos destaca la posibilidad de visitar las minas de ‘La Joyona’, una de las más antiguas de la Península -pues se cree que ya en tiempos de los romanos se explotaba su enorme riqueza- y que fue declarada Patrimonio Natural en 1997. La mina cuenta con 11 niveles diferentes y se recorre, como no podía ser de otra manera, con el obligado casco en la cabeza y con el abrigo en la mano, pues la temperatura desciende mucho en su interior.

 

Disfrutar del Balneario el Raposo y de todas las opciones que ofrece este verano supone una escapada refrescante y perfecta para desconectar en el interior de España. Tus vacaciones en Extremadura te está esperando. http://www.balneario.net

 

La Costa de La Luz, en tu agenda este verano

Puerto Antilla Grand Hotel, el alojamiento ideal para todo tipo de viajero, tiene preparada una extensa programación con el objetivo de crear experiencias inolvidables estas vacaciones en Huelva

Rodeada de naturaleza, un radiante sol y una de las tres únicas playas con Bandera Azul de la provincia de Huelva, Islantilla ofrece un entorno mágico donde la cultura y el deporte son los protagonistas indiscutibles. Allí, Puerto Antilla Grand Hotel emerge como un paraíso a orillas del Atlántico que ofrece un valor añadido a unas vacaciones de ensueño gracias a su amplia oferta de ocio y entretenimiento.

Huelva es el escenario ideal para disfrutar de los diferentes pilares turísticos que ofrece en verano. Puede presumir de más de 120 kilómetros de playas de arena fina, suave, dorada, bañada por aguas saladas que han marcado la personalidad marinera y pesquera de las gentes. En la playa de Islantilla, se alza Puerto Antilla Grand Hotel, un paraíso a orillas del Atlántico en la Costa de la Luz onubense que dispone de múltiples maneras para disfrutar de todos aquellos momentos de ocio, entretenimiento y bienestar que guarda la provincia de Huelva.

Situado en primera línea de playa, con unas extraordinarias vistas del océano, el resort proporciona al visitante el marco idóneo para unas vacaciones de ensueño que engloba las mejores playas, Islantilla u otras como la Playa del Loro, en Almonte, casi virgen y salvaje; naturaleza única para los apasionados del senderismo; cultura, una gastronomía excelente en una zona rica en recursos culinarios de gran atractivo, y las mejores opciones para disfrutar de vacaciones en familia gracias un variado programa de animación, cinco piscinas, espacio de recreo o una Minidisco o Miniclub, uno de los espacios favoritos de los niños donde realizarán actividades para todos los gustos.

 Los adolescentes tienen su lugar en el Teenagers Club, que recibe el nombre de Fifty’s en honor a las redes sociales más utilizadas hoy (Facebook, Instagram, Flickr, Twitter, Youtube, Snapchat). Se trata de un sitio para divertirse en numerosas fiestas, participando en actividades deportivas y realizando diversos challenges o retos tanto deportivos como acuáticos, de talento o fotografía.

Con los niños ocupados, los adultos pueden relajarse y disfrutar de los encantos de Puerto Antilla Grand Hotel. Entre ellos, en el Prestige Club Sport Wellness & Spa, que dispone de unas completas instalaciones con un circuito de aguas terapéuticas, piscina climatizada, jacuzzi, sauna finlandesa o baño turco. Pero no todo es relax y por eso el establecimiento ha organizado un amplio programa de actividades para ellos: yoga, pádel, waterpolo, meditación, aqua dance o baile, las posibilidades son infinitas.

Menorca, un fascinante paraíso natural reserva de la Biosfera

La isla fue así reconocida en 1993 por la UNESCO y hace un mes se ampliaron sus límites por mar convirtiéndose en la Reserva de la Biosfera con más superficie marina del Mediterráneo

 

Menorca no solo es bella por naturaleza. Fruto de su firme apuesta por la preservación del patrimonio natural que la envuelve, hace un cuarto de siglo logró el reconocimiento de Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Ello fue posible gracias al estrecho vínculo entre sus habitantes y el territorio, que se ha ido transformando de manera respetuosa y compatible con el crecimiento económico. Pero si lo que prevalecía protegida era en su mayoría la parte terrestre, desde junio lo es también la marítima. La ampliación hasta 12 millas mar adentro de la zona que rodea la costa le ha permitido multiplicar por siete sus límites convirtiéndose en la Reserva de la Biosfera con más superficie marina del Mediterráneo.

 

     Tierra de paso y abrigo de numerosas civilizaciones a lo largo de su historia –griegos, fenicios, cartagineses, romanos, musulmanes, bizantinos… y, más recientemente, británicos y franceses– por su privilegiada ubicación geográfica, Menorca es como un oasis de relajación suspendido en las aguas del Mediterráneo. Una isla pequeña en tamaño –apenas unos 700 kilómetros cuadrados de superficie– pero grande en cuanto a la diversidad de hábitats que acoge, especies animales y plantas endémicas. La labor iniciada décadas atrás a favor de conservar estos hábitats y favorecer el desarrollo sostenible le valieron a Menorca en octubre de 1993 el reconocimiento como Reserva de la Biosfera por la UNESCO.

Era la justa recompensa a una ardua labor por conservar los recursos naturales y el patrimonio cultural y paisajístico de una isla que no deja indiferente a quien la visita y en la que la belleza del entorno rural tradicional queda de manifiesto circulando o paseando por ella, admirando ese entramado de muros de piedra que delimitan sus tierras y constituyen una de sus señas de identidad. Todo ello, perfectamente equilibrado con su actividad agrícola y ganadera.

 

Los amantes del turismo slow hallarán en Menorca el lugar ideal para una escapada vacacional o de weekend en la que el tiempo parece detenerse para admirar con calma la belleza de un territorio insular cuyo 66 % está protegido.

El epicentro de esta Reserva de la Biosfera es el Parque Natural de la Albufera des Grau, al norte de Maó. 5.006,7 hectáreas que integran una laguna salobre, un tramo costero una zona marina y varios islotes, con humedales que favorecen la nidificación de aves rapaces y acuáticas.

 

Pasear –a pié, en bicicleta o a caballo– por los 184 kilómetros de su Camí de Cavalls (GR-223), itinerario que bordea todo su perímetro costero, permite al visitante admirar calas vírgenes, barrancos y acantilados que ofrecen un espectáculo visual inolvidable. Y también un paisaje geológico de gran riqueza, con un variado mosaico de rocas con más de 400 millones de años de historia y dos zonas bien diferenciadas: tramontana, al norte, y migjorn, al sur.

 

 

     Ampliación de su Reserva de la Biosfera    

 

     Hasta hace un mes, el estatus de Reserva de la Biosfera solo se aplicaba a la zona terrestre y a una pequeña franja marina alrededor del Parque Natural de s’Albufera des Grau. Pero con la ampliación aprobada por la UNESCO ahora incluye toda la zona marina de la isla, hasta 12 millas mar adentro. Esto convierte a Menorca en la Reserva de Biosfera con más superficie marina del Mediterráneo, pasando de tener 71.191 hectáreas a 514.487, ¡casi siete veces más!

Cabe añadir que Menorca cuenta, además, con dos reservas marinas, delimitaciones que sirven para regular los usos y la explotación del medio marino con objeto de incrementar la regeneración natural de los recursos y de conservar los ecosistemas marinos. Son la Reserva Marina del Norte de Menorca y la Reserva Marina de la Illa de l’Aire, al sureste de la isla. Esta última, como la ampliación de la Reserva de Biosfera, también ha sido aprobada este año.

 

Con esta ampliación marítima, Menorca atesora una Reserva de la Biosfera mucho mayor que su propio territorio insular, que ahora se convierte solo en la punta del iceberg de este auténtico paraíso natural mediterráneo.

 

   Más información en www.menorca.es

 

La mejor compañía es la familia

Reírse, relajarse y regalarse un verano excepcional es posible en el Balneario el Raposo

 

Es verano y las vacaciones ya están aquí. Disfrutar de un lugar sin preocupaciones puede antojarse complicado para las familias por la eterna pregunta ¿dónde puedo ir para que mis hijos lo pasen bien, puedan jugar y yo pueda descansar? La respuesta es el Balneario el Raposo, en Extremadura. El recinto termal de aguas mineromedicinales es perfecto para que los padres dejen a un lado el estrés diario con su propuesta de tratamientos relajantes mientras que los más pequeños de la casa disponen de 30.000 metros cuadrados de naturaleza en la que desfogarse. Además, los niños podrán sentir el cabello al viento al deslizarse por la tirolina, tirar con arco o bañarse en una piscina climatizada con las propuestas de este centro termal que está pensado para que durante las vacaciones toda la familia pueda divertirse con tranquilidad.

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El sueño de todas las familias es poder vivir las vacaciones sin preocupaciones y con todo el mundo pudiendo disfrutar del verano. Mientras los mayores quieren desconectar de la ajetreada vida laboral, los pequeños solo piensan en jugar y disfrutar del verano entre piscinas y actividades de todo tipo. Por eso en el Balneario el Raposo, en Puebla de Sancho Pérez, en Badajoz el centro complementa su habitual oferta de tratamientos poniendo a disposición de las familias que lo visiten su ‘campamento de verano’, para que nadie se quede sin sus vacaciones.

 

Con un servicio atento en todo momento a las necesidades de los termalistas, en este increíble balneario hay opciones para todos. Mientras los papás disfrutan del circuito termal, con sus lodos naturales, en las bañeras de hidromasaje o simplemente buscan relajarse entre envolturas de chocolate o  masajes de seda, los más pequeños de la casa tendrán una agenda muy apretada de 8 a 15 de la tarde. Recibidos por ‘Raposín’, la mascota del centro termal que interactúa con los niños, podrán disfrutar de juegos por equipos, montar en bicicleta, saltar en la cama elástica, realizar rutas de senderismo, tiro con arco, escalar en el rocódromo o disfrutar de la tirolina son algunas de las propuestas que ofrece el Balneario el Raposo.

 

Con monitores especializados que estarán pendientes en todo momento, los niños entre dos años y medio y catorce podrán vivir este campamento de verano durante el día por semanas o por meses en junio, julio, agosto o septiembre y disfrutar de los magníficos jardines exteriores de 30.000 metros cuadrados. El centro además se encuentra completamente remodelado y está unido al hotel certificado con la Q de calidad y la ISO 14001.

 

Un espacio único para saborear, sin remordimientos, la despensa extremeña en Tierra de Barros en la que no puede faltar el jamón ibérico. Para que nadie se quede sin vacaciones disfruta del Balneario el Raposo. Tu verano sin preocupaciones te está esperando. http://www.balneario.net

 

 

Sitges anima a disfrutar de un verano de desconexión activa en sus 26 playas

Los 17 kilómetros de litoral de esta localidad barcelonesa, con playas para todos los gustos, están plagados de alicientes para disfrutar de las vacaciones o de una escapada estival

Yoga, zumba, música en vivo, voley, surf, windsurf, paddle surf, kayak, vela, patines acuáticos… y todo ello, en playas de fina arena dorada acariciada por las tranquilas aguas del Mediterráneo. Tentador, ¿verdad? Sitges, la localidad de la cultura y el arte, se entrega a otra de sus grandes seducciones turísticas: las playas. 26 con personalidad propia para un verano de desconexión del estrés cotidiano… conectados a un sinfín de actividades para disfrutar en familia, en pareja o con amigos. ¡Vamos a la playa!    

     El sol se despereza con parsimonia elevándose sigilosamente sobre el horizonte marino. Y poco a poco, sus rayos empiezan a iluminar las encaladas casas de la Blanca Subur dando un brillo especial a este pueblo de pescadores rebosante de belleza y fotogenia, que atrapó a grandes artistas convirtiéndose en su inagotable fuente de inspiración.

Protegida por un coloso natural, el parque del Garraf, Sitges se fusiona con mágica precisión con el Mediterráneo. Y sus 17 kilómetros de litoral han tejido 26 playas y calas en las que su dorada y fina arena es acariciada por las suaves aguas del Mare Nostrum. El escenario ideal para disfrutar de un verano de desconexión del estrés propio de la vida cotidiana. Un lugar ideal para el dolce far niente…¡o para mucho más! Un verano para DesConectar. O mejor para conectarse a nuevas y lúdicas experiencias que lo conviertan en inolvidable.

 

Este es el leitmotiv con el que la localidad barcelonesa trata de seducir a quienes se dejen tentar por sus playas, todas ellas con personalidad propia y avaladas por diferentes certificados de calidad: como el ISO 14.001, por la reducción de residuos y consumo de energía; el EMMAS, que garantiza la excelencia de la gestión ambiental; o la certificación Biosphere, que obliga a las playas a trabajar según los estándares que marca este reconocimiento.

Las 26 playas sitgetanas están divididas en tres tipologías. Las de Poniente (dirección Tarragona), si bien disponen de menos equipamientos y su acceso es más complicado son las más vírgenes y envueltas de acantilados. Dos de ellas son naturistas –Home Mort y Desenrocada– y la otra, Cap dels Grills, ofrece un nuevo concepto de chiringuito con servicio de restaurante, cócteles y música dj.

 

Las playas de LevanteLes Botigues, Ginesta, Garraf, Morisca y Vallcarca– se hallan en dirección a Barcelona. Y las playas urbanas –Sant Sebastià, la Fragata, la Ribera, Bassa Rodona, Estanyol, Balmins, Riera Xica, Aiguadolç, Barra, Terramar, Anquines– ofrecen un amplio abanico de propuestas para disfrutar activamente. Bailar zumba, practicar yoga con monitores especializados o jugar a voley-playa, son propuestas sobre la arena que se combinan con la práctica de deportes náuticos como la vela, surf, windsurf, paddle surf, kayak o patines de mar. Todo ello, combinado con relajadas tardes chill-out y música en directo en los chiringuitos saboreando los más variados cócteles.

Tras la playa, nada mejor que un brujuleo por el casco antiguo de Sitges practicando shopping en tiendas que ofrecen productos artesanales de proximidad, desde ropa a todo tipo de complementos. Un buen preludio antes de dejarse tentar por otro de los atractivos del municipio, su selecta gastronomía, rematando la jornada en sus animados locales nocturnos.

 

     Más información en la web de Turisme de Sitges, www.sitgesanytime.com