‘Poc a poc’, así se vive y siente la vida en Menorca: poco a poco, con calma y tranquilidad. Una Reserva de la Biosfera que ha logrado preservar su esencia natural y calidad de vida incluso en los tiempos difíciles que vivivimos. Porque si las Islas Baleares en general han sido de las menos afectadas por el COVID19, Menorca en particular –con 38 positivos, según las últimas cifras– se afianza día a día como refugio seguro por el descenso significativo de casos positivos. Un destino que transmite confianza tanto para una escapada vacacional… como para pasar una temporada teletrabajando en un entorno de bienestar excepcional.
Basta subir a lo alto del monte Toro, la cima de la isla y su epicentro, para darse cuenta de la maravilla natural que arropa a quien se deja tentar por Menorca. Sus escasos 357 metros de altitud son, sin embargo, la mejor atalaya para admirar toda la isla en una panorámica de 360º al amparo del Cristo redentor que se alza, brazos abiertos, sobre su este monte y su ermita-santuario. Y también para darse cuenta de que aquí todo queda muy cerca… pero también alejado del estrés de la vida cotidiana en las urbes peninsulares. Por eso Menorca, atrapa, seduce, protege.
‘Piano piano si va lontano’ reza el popular refrán italiano. Y tiene razón, las prisas son (casi) siempre malas consejeras; no hace falta correr para llegar a la meta, a cualquier meta. Una versión casi idéntica al ‘poc a poc’ con el que los menorquines acogen a quienes les visitan, transmitiéndoles tranquilidad y cercanía; haciéndoles partícipes de una opción de vida que encaja a la perfección con el entorno natural que envuelve la isla. Como esa Reserva de la Biosfera que tiene su núcleo en el parque natural de s’Albufera des Grau; como ese histórico Camí de Cavalls que circunvala la isla en sus 185 kms. de perímetro, el mejor lugar para andar respirando pura esencia mediterránea, hacer ejercicio… y reencontrarse con uno mismo.
Menorca demuestra día a día a quien viaja o la escoge como estancia temporal que el verdadero lujo no está en lo material sino en la tranquilidad, en la buena vida, en lo natural… ¡En lo auténtico! Incluida una gastronomía sana, de calidad y de proximidad. Por eso Menorca es un refugio seguro donde alcanzar el equilibrio emocional.
Más información: www.menorca.es
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