Como si fuera un estudio fotográfico al aire libre, Formentera atesora una impresionante cantidad de rincones mágicos,
de esos que la gente no puede evitar preguntar que dónde has estado…
No hay duda de que Formentera es una isla muy fotogénica. Puede que sea por la increíble luz que recibe durante todo el año, por el descomunal azul de sus costas o por lo genuino de sus rincones y el respeto de sus gentes por mantener intacta una isla que hay que cuidar con mimo. Formentera es una isla de postales y si quieres conservar en tu galería momentos para el recuerdo de tu escapada en la más pequeña de las Pitiusas, toma nota de estas sugerencias.
Playa de Migjorn
5 kilómetros de costa en los que perderse. La costa sur de la isla es un lujo de contrastes en las que disfrutar de una gran diversidad de paisajes, siempre, eso sí, con ese irresistible azul Formentera como telón de fondo. Aproximarse a la playa recorriendo las pasarelas de madera es uno de los reels más repetidos, y no sin razón. Simboliza la llegada al paraíso, viendo cómo el azul del cielo y el del mar se funden en el horizonte. Las pasarelas, además, cumplen una función práctica, no solo estética, ya que protegen el paisaje dunar de la isla, uno de sus tesoros más preciados.
Los varaderos de Es Caló de Sant Agustí
El pequeño puerto natural de este pueblo es digno de un buen reportaje. Sus varaderos de madera, cuya función es resguardar del agua salada las pequeñas embarcaciones, fueron declarados lugares de interés cultural en 2002. Son construcciones que le dan un plus de belleza a la estampa porque no rompe con la armonía del paisaje. Es más, dota a nuestras panorámicas de encanto, convirtiéndolas en lugares que te invitan a quedarte olvidándote del reloj.
Estany Pudent y Ses Salines
Este paraje de Formentera es la perdición de los fotógrafos. La cantidad de matices, colores únicos y encuadres que pueden obtenerse de este punto es exagerada. El Estany Pudent es el espacio que concentra una mayor biodiversidad y presenta más posibilidades para la observación de aves. Por su parte, Ses Salines, con sus inconfundibles tonos rosados y violetas, podría ser tranquilamente quien copara los primeros puestos en las búsquedas del popular hashtag #nofilters.
Iglesia del Pilar
Ubicada en La Mola, es una de las tres parroquias con las que cuenta la isla. Del siglo XVIII, su sencillez y resplandeciente blanco la convierten en una foto de obligado disparo para almacenar en nuestra galería. Los fans del ‘spaghetti western’ no podrán evitar encontrar similitudes con las antiguas misiones españolas desperdigadas por California o Texas.
Racó de Sa Pujada
Comparte con el Pou de Verro el privilegio de ser uno de los mejores miradores de la isla, pero como había que decantarse por uno de los dos, el Racó gana de forma muy ajustada. Para llegar hasta este rincón hay que hacer el Camí de Sa Pujada, una de las rutas verdes de Formentera más bonitas. Aunque tiene una dificultad algo reseñable, merece totalmente la pena el esfuerzo porque el premio es tener, literalmente, Formentera a tus pies. ¡Menudo fotón!
Más información:
www.formentera.es