Entre encinas y olivos, ciervos y milanos se alza un paraje natural desconocido. A solamente 9 km de la ciudad que nace a los pies de la sierra de San Miguel, Llerena, encontramos La Morolla. Este término extremeño de gran diversidad paisajística se convierte en un lugar único, en el que disfrutar del contacto con la naturaleza, conocer las especies que habitan la zona y descansar del bullicio de la ciudad.
Un viaje a la ciudad apodada como la ‘pequeña Atenas’ puede ser un regalo cultural o natural, en razón de las intenciones del viajante. La localidad extremeña de Llerena, ofrece a sus visitantes un sinfín de oportunidades para descansar unos días y vivir una experiencia diferente.
Si buscas un destino en que estrechar lazos con la naturaleza, tienes que conocer la finca municipal de La Morolla, a 9 km del enclave geográfico de Llerena. Un espacio de gran diversidad donde conocer las especies autóctonas representativas del sur de Extremadura, como encinas, alcornoques o jaras.
Los montes de Sierra Morena, que lindan con esta zona, ofrecen espacios de bosques mediterráneos en los que encontrarás olivos, orégano, tomillo, romero y manzanilla, entre sus especies herbáceas, junto con ciervos, jabalíes, conejos, perdices y milanos, que conforman el ecosistema. Estos paisajes contrastan con la zona de estepas cerealistas que albergan trigo, girasoles y algunas vides, siendo el sustento de especies animales como sisones, grullas y avutardas. Esta disparidad presenta un lienzo inmensamente bello e interesante, digno de conocer.
Más información: turismo.llerena.org