Madrid puede presumir de concentrar grandes figuras en el ámbito gastronómico, que marcan su devenir y son autores de auténticas obras de arte en miniatura. Su oferta es tan variada como versátil, siempre adecuada para satisfacer los paladares más exigentes y aplacar el ritmo frenético que impone el devenir de la ciudad. Hotel Mayorazgo, un establecimiento por cuyas venas fluye la sangre de Madrid, se reserva un espacio donde saborear el placer y disfrutar porque sí: el restaurante GastroVía 61.
Desde su privilegiada ubicación, a escasos metros de la Gran Vía (calle Flor Baja, 3), GastroVía 61 invita a detenerse y, sobre todo, a emocionarse. A ello contribuye una atmósfera íntima, con aroma a ‘Aire de Madrid’ –una esencia ideada en exclusiva-, y una cuidada selección de temas cantan a Madrid que inunda su hilo musical. Además, sus mesas, presididas por cuadros majestuosos de plazas emblemáticas de la ciudad que las definen (mesa ‘Plaza de España’ o mesa ‘Plaza de Colón’, entre otras) y decoradas con los claveles más chulapos que el comensal puede elegir en cada ocasión, configuran el marco ideal para vivir una “Experiencia castiza y poesía culinaria”.
El resultado es una oferta con personalidad, obra de un equipo encabezado por su experimentado Chef Miguel A. Ruiz, que ha diseñado unos platos con ingredientes madrileños –si la ocasión no lo permite, sí lo hace la ‘poesía culinaria’ y la selección de las mejores materias primas en sus puntos de origen- a los que acompaña un glosario castizo ideado para la ocasión. Basada en el espíritu 100% madrileño y partiendo de las recetas dictadas por la mejor tradición, su cocina de autor propone distintas alternativas de platos sugerentes, elaborados con productos de la tierra y continuos guiños a la cultura popular de la región. Además, fiel a su deseo de ‘crear patria’, cada día se ofrecen sugerencias de otras provincias de reconocida fama y prestigio.
Experiencia, ilusión y creatividad se dan la mano para dar lugar a platos como Steak tartar de ternera San Isidro, uno de los platos más demandados de la carta, elaborado con carne procedente de la Sierra de Guadarrama y todo un espectáculo por su espectacular elaboración en sala al gusto del comensal; Alcachofas almidonás, Ancas de rana chisperas, Brazo de pulpo más chulo que un ocho, Rabo de toro en corrala o Pez mantequilla con la permanén. Su portfolio de vinos está presidido por una cuidada selección de las mejores referencias pertenecientes a la D.O. Vinos de Madrid, aunque el comensal podrá elegir entre otras Denominaciones de Origen de reconocido prestigio internacional.
Toda experiencia vivida en GastroVía 61 tendrá un broche de oro especial, siempre de la mano de sus Violetas, sus Chatitas y su Licor de Madroño. Inspiradas en el amor que la Infanta Isabel profesó hacia la ciudad, los maestros obradores idearon las ‘Chatitas’, dulce que combina a la perfección con el mencionado licor, elaborado artesanalmente mediante maceración de madroños en alcoholes selectos, realzando su sabor con frutas del bosque y azúcar natural.
Imprescindible en el imaginario de la gastronomía madrileña y, por tanto, en GastroVía 61, es el Cocido Madrileño. Disponible todos los jueves (o cualquier día de la semana, previo encargo) y elaborado con mimo en barro al más puro estilo tradicional, el restaurante lo ofrece en dos vuelcos de la mano de su brigada de chulapos, quienes brindan el emplatado en gueridón a la vista de los comensales. Esa es, precisamente, otra de las señas de este templo gastronómico: muchos de los platos se terminan en la mesa, en presencia de los clientes, que se deleitan e interactúan con el esmerado servicio de la ‘Familia Mayorazgo’.
La inquietud de Hotel Mayorazgo y GastroVía 61 es lograr siempre la máxima satisfacción del cliente a través de la diferenciación y la calidad. Así lo certifican quienes han pasado por este espacio único, con una personalidad que no se encuentra en ningún otro establecimiento, a través de plataformas como El Tenedor –que lo valora con un 9,3/10- o TripAdvisor –donde ostenta el puesto 43 entre los 9.642 restaurantes registrados en Madrid, en base a la opinión de más de 700 internautas-.
Un espacio para sentir, para emocionarse y para premiarse, donde quien se deja caer no busca comer, sino darse un capricho porque sí a través de un viaje al Madrid castizo envuelto en poesía culinaria.