Explorar cada rincón de cualquiera de las cinco puntas de ‘a Ría da Estrela’ nos puede llevar a encontrarnos con estos enclaves en los que enmudecer de asombro.
Es obligado asomarse a contemplar unas vistas únicas que nos permitan hacernos una idea del verdadero tesoro de esta Ría: su entorno inigualable. Postales que siempre vemos en las redes sociales de nuestros conocidos y que ahora se nos presentan delante de nosotros para que podamos admirar una Ría repleta de paisajes, enclaves, rincones y estampas que sólo se pueden explicar si se ven in situ. Estos son los mejores miradores de la Ría de Muros Noia.
Dado que todo el contorno de la Ría está surcado de montes, no my altos, sí, pero perfectos para proporcionar unas vistas de impresión, hay que tomarse un tiempo para planear una ruta que permita ver cuantos más mejor. Desde el norte, Monte Louro se alza como vigía impasible. Parte del inseparable tridente que forma con la playa de Area Maior y la Laguna de Xalfas, este monte-península, paradójicamente es más observado que punto de obervación. Por ello, conviene centrarse e iniciar una subida que requiere algo de esfuerzo, porque luego el premio bien merecerá la pena… ¡Qué espectáculo de vistas!
Para los más espirituales, la subida al Monte Oroso es un imperdible. Iniciando el ascenso desde el Convento de San Francisco, completaremos un peculiar via crucis mientras ascendemos suavemente para encontrarnos con una vista bellísima y otro ángulo desde el que admirar el Monte Louro.
Desde Outes tenemos varias opciones para otear la Ría. El Monte Tremuzo, cuya subida es una conocida ruta de senderismo que si o si hay que hacer para que nuestra panorámica al llegar sea aún más valiosa, nos permitirá asomarnos a la Ría desde la perspectiva sur, cuando la gran mayoría de los miradores están orientados hasta el norte. Un avez allí sólo nos quedará pasear por sus cumbres para seguir enamorándonos con las vistas. Después está Monte Castelo. Sin duda, el mejor punto desde el que divisar toda la longitud de la Ría. Desde aquí se pueden apreciar los diferentes contornos, islotes, calas y golfos como si de un cuadro se tratase. Y como curiosidad, podemos apreciar la Piedra Serpal, situada en una cumbre y que tradicionalmente servía a los navegantes como punto de referencia a su entrada a la Ría.
Siguiendo nuestro itinerario hasta Porto do Son, hacemos un alto en el camino en Noia, un poco antes de la Parroquia de Boa. Ascendiendo , encontraremos a mano izquierda el que para algunos es el ‘mejor banco del mundo’. El mirador de San Lois, un punto precioso y cargado de romanticismo donde los atardeceres son verdaderamente espectaculares.
Como espectaculares son también los miradores de Lousame. El Monte Culou, por poner un ejemplo, es la recompensa tras una buena caminata de unos 21 kilómetros en la que hemos podido disfrutar del río Vilacoba y San Xusto, acercándonos también al Monasterio de Toxosoutos. A nuestra llegada, contemplaremos una magnífica postal de los contornos de la Ría. Para los que ‘vértigo’ sólo les parece una genial canción de los irlandeses U2, el mirador de A Muralla les resultará una elección acertadísima. ¡Una vista de 360 grados! Ya no sólo tenemos vistas de la Ría de Muros Noia, sino también del final de la Ría de Arousa y hasta de Santiago de Compostela… Y como no, el Monte Iroite, lugar muy popular para deportistas que disfrutan realizando ejercicio físico mientras que se regalan unas vistas de impresión.
Ya en Porto do Son, su vecino Monte Enxa, forma con el Iroite ‘las balconadas’, senderos paralelos a la Ría en los que dejar que transcurra el tiempo a placer. El mirador del Monte Enxa ofrece unas vistas impresionantes de la Ría a mar abierto y si a eso le añadimos la posibilidad de ver caballos salvajes pastando libremente por los alrededores, la estampa será inmejorable. Aunque no sea un monte, Atalaya, en pleno Porto do Son, al lado de una capilla podemos disfrutar del paisaje que ofrecen las siempre fabulosas playas de Arnela y Fonforrón… y, claro, el omnipresente Monte Louro a lo lejos. El último mirador, el que marca el fin de la Ria y casi roza la frontera con Ribeira, es el Monte Tahume. Merece la pena coger el coche y subir por su escarpado acceso para fijar la vista hasta el otro extremo de la Ría… y más allá.
Acercarse a un mirador siempre debería de ser un momento para tomarse un tiempo de calma y dejar que pasen los minutos apreciando cada detalle de la inmensidad de los paisajes que nos regalan la Ría de Muros Noia. Todo un álbum de fotos para los coleccionistas de postales únicas.
Más información: www.riademurosnoia.com