PON TUS CINCO SENTIDOS PARA VIVIR UN VIAJE SIN IGUAL POR EL CAMINO DE SANTIAGO FRANCÉS

Adéntrate en un itinerario incomparable por la ruta jacobea más reconocida a nivel internacional. Una experiencia insólita por 15 pueblos fascinantes…

 

 

El Camino de Santiago se realiza con los pies, pero se siente con el alma. Los cinco sentidos serán sometidos a vibrantes estímulos, a sensaciones únicas en un recorrido cargado de historia, de tradición, de cultura, de sabor y de devoción. Jamás nadie que se haya embarcado en esta aventura ha regresado a casa siendo la misma persona. El Camino de Santiago Francés por Galicia (y por el Bierzo), supone un antes y un después en la vida de millones de peregrinos…

 

 

Imagina dar inicio a esta apasionante aventura desde Camponaraya, en la preciosa tierra de El Bierzo. Por delante intensas jornadas de senderos, subidas, descensos, puentes… Ante ti, una descomunal paleta de colores donde, por ejemplo, podemos disfrutar de la extensa variedad de matices en los colores de las hojas de los árboles, que particularmente en esta época del año es bellísima. También del enorme manto verde que viste los valles y llanuras que el peregrino va descubriendo en cada paso. El color de las fachadas, de pierda, ladrillo y pizarra desnuda al viento, sufriendo las inclemencias de un clima que como un cincel va dando forma en un Camino muy visual, en el que el ojo está permanentemente recibiendo estímulos y tratando de asimilar tanta belleza. El Camino se disfruta con la vista.

 

 

Ahora cierra los ojos e imagínate despertando con la primera luz del alba. No muy lejos de donde estás, el gallo lleva varios cánticos y las vacas en algunas granjas ya se han despertado y reclaman salir a pastar todo el día. La gente del pueblo empieza a ponerse en marcha y empieza a escucharse la vida cotidiana en las tiendas y en los bares. A lo largo de la jornada, mientras caminas, el viento acaricia los árboles, generando un susurro casi hipnótico, solo mejorado por el discurrir del agua en los arroyos y ríos que te acompañan en la senda. Los pájaros canturrean sin haber advertido tu presencia y, una vez dejado el pueblo atrás, volviendo la vista para admirar la última panorámica antes de proseguir, es inevitable volver a escuchar a lo lejos a los ganaderos y los agricultores trabajar con sus máquinas y sus aperos, generando un sonido que a ti llega casi ahogado. El Camino se disfruta con el oído.

 

 

Piensa un instante en el olor a hierba fresca empapada de gotas del rocío a primera hora de la mañana. Imagina el olor embriagador al pasar por delante de una panadería que lleva ya varias horas de trabajo. Ese pan recién horneado, esos dulces y tortas típicas que abren inmediatamente el apetito, o el olor a café recién hecho para coger fuerzas antes de colgarse la mochila al hombro y dar comienzo una nueva etapa. Cuando puedas, respira hondo, notando cómo diferentes aromas llegan casi imperceptibles: el aroma del bosque, de distintas flores y plantas; el aroma de la humedad de los ríos y del pasto fresco. En un alto en el camino, regocíjate con los olores que vienen de las cocinas de restaurantes, asadores y tabernas. El humeante vapor de un guiso que lleva toda la mañana cocinado con paciencia; ese asado a punto de salir del horno; el inconfundible y fuerte aroma de unos quesos locales; o ese chispazo que te hace arrugar un poco la frente por la intensidad del pimentón que adereza un buen pulpo. El Camino se disfruta con el olfato.

 

 

Ahora, algo que seguro te va a encantar. Imagínate sentado a la mesa a lo largo de estos 4 municipios leoneses y 11 concellos gallegos, rindiendo un merecido homenaje a tu paladar. El Bierzo y Galicia, dos formas de entender la gastronomía de la que tú serás partícipe y beneficiado. Unos vinos de El Bierzo, jugosos y expresivos, minerales y frescos, seductores desde un tacto aterciopelado y un aroma de gran intensidad frutal. Acompáñalos con los mejores quesos que puedas probar, elaborados con leche fresca y con una curación que les hace adquirir un sabor potente que en boca es simplemente una delicia. Tal vez añadir la intensidad de unos suculentos embutidos artesanales, para los que el paso del tiempo y las nuevas técnicas de elaboración no han afectado en su concepción ni, desde luego, en su sabor. Sírvete bien de pan horneado del día, con su sabor intenso, miga alveolada y húmeda y corteza crujiente. Guarda bastante para probar todo lo que te ofrezcan, desde guisos y caldos elaborados con productos frescos de la huerta, hasta carnes asadas y a la parrilla, de una ternura y aroma inconfundibles. Aguarda al rey del Camino… ¡El pulpo! Con aceite, sal y pimentón, su ternura está bien guarecida y regala sensaciones increíbles al paladar de quien lo prueba. El Camino se disfruta con el gusto.

 

 

Por último, cierra los ojos e imagina callejear por las calles de estos pueblos, deslizando la mano por las fachadas y notar la rugosidad y frialdad de la piedra. Los bancos de madera de las iglesias, que, pese a las capas de barniz, conservan una muy sutil aspereza en un entorno de recogimiento y reflexión. Tocar los troncos de los árboles e imaginarse por un momento qué será de los cientos de miles de peregrinos que como tú recorren cada año el Camino más popular y conocido de todos. La hierba fresca, los muros de piedra que flanquean ciertas partes del itinerario, los cercados que te separan de las vacas que te observan con cierta dejadez. Desliza tus manos sobre todo ello para que tu mente recuerde de una forma más vívida el torrente de emociones que has ido experimentando jornada tras jornada. El Camino se disfruta con el tacto.

 

 

El Camino es una experiencia que involucra a los cinco sentidos y como tal debe de ser descubierto, recorrido y disfrutado. A través de los pueblos de Camponaraya, Villafranca del Bierzo, Trabadelo y Vega de Valcarce, en León; y de O Cebreiro, Triacastela, Samos, Sarria, Paradela, Portomarín, Monterroso, Palas de Rei, Melide, Arzúa y O Pino, en Galicia, El Camino de Santiago Francés se presta a ser vivido de una manera especial, emocional y sorprendente, que no puedas olvidar mientras vivas…

 

Nace un proyecto histórico. Un proyecto que queremos contarte despacio, para que cale bien hondo y no olvides nunca. De entre el extensísimo Camino de Santiago Francés, que recorre todo el norte de España, queremos contarte una experiencia única, diferente. Queremos que descubras el Camino de Santiago Francés de Galicia. La Mancomunidad de Pueblos Gallegos del Camino Francés, en alianza con cuatro ayuntamientos de la provincia de León, quieren crear un relato unificado que te sobrecoja y te enamore. Un relato que hable de la naturaleza, de los paisajes, de la gastronomía, su patrimonio… de sus gentes. El Camino de Santiago Francés de Galicia condensa todo lo que un peregrino espera encontrar en su itinerario a través de 15 pueblos que viven y sienten este camino, esperando al viajero cansado con los brazos abiertos… Permanece atento, porque esta historia que te contamos, dará mucho que hablar…

 

Más información: www.caminofrances.org

 

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