Ubicado a primera línea de mar, en la playa de Islantilla (Huelva), este resort 4* es ideal para las familias que deseen unas tranquilas vacaciones en la Costa de la Luz
Es un auténtico ‘paraíso terrenal’ de la hotelería… aunque caer en la tentación de escogerlo como destino vacacional no es pecado sino cumplir un sueño: el de disfrutar de un merecido descanso en un auténtico vergel. Tal es la sensación que uno siente nada más entrar en el Puerto Antilla Grand Hotel y sumergirse en un auténtico Jardín del Eden. Lo es en su interior –con árboles y plantas arropando el hall, los salones o los pasillos hacia las habitaciones– y en su exterior, donde las palmeras y una frondosa vegetación envuelven todo el resort en su conjunto dando aun más realce a su inmensa piscina que serpentea en forma de lago azul. No, aquí la tentación no es pecado.
En plena Costa de la Luz, hay un lugar que brilla con luz propia: El Puerto Antilla Grand Hotel. Un impresionante resort que recuerda a los caribeños… pero mucho más cerca de nosotros, sin necesidad largas y cansinas travesías aéreas. De estilo colonial-andaluz, recibe al visitante con uno de sus grandes tesoros: la exuberante naturaleza que lo envuelve, arropa y oxigena. Así se pone de manifiesto nada más cruzar el umbral de su puerta y observar con asombro cómo árboles –¡olivos!– y plantas de variadas especies, en jardineras, están perfectamente integradas en los espacios comunes y su mobiliario, entre ellos el hall. Y una vez allí, mirar hacia el cielo es descubrir enredaderas colgando de los pasillos que conducen a sus 400 habitaciones, que van desde sus 106 impresionantes suites a coquetas dobles abuhardilladas, que les otorgan un encanto especial. O también comprobar cómo la luz natural penetra por su cúpula acristalada.
Pero, tras este preámbulo interior, al cliente aun le aguarda lo mejor: los exteriores ajardinados. ¡Uuuaauuu! es la expresión más común entre las familias con hijos al comprobar lo que tienen ante sus ojos: un auténtico Jardín del Edén, con el exotismo que le proporcionan esas palmeras que muchos solo habían visto en paraísos caribeños o en los lejanos y prohibitivos (económicamente hablando) resorts de los Mares del Sur. Porque el Puerto Antilla Grand Hotel también es un paraíso… asequible y cercano. ¡Familiar!
Los exteriores del resort son un inmenso vergel que arropa sus cuatro piscinas, entre ellas una para niños y, sobre todo, una gigantesca que serpentea entre el verde, en forma de lago azul, con un puente de madera que conecta dos zonas. Un remanso de paz en el que los más pequeños corretearán a sus anchas sin ningún peligro, para tranquilidad de sus padres, que podrán disfrutar también de relajados baños de sol sobre tumbonas.
Pero la naturaleza no se circunscribe únicamente al resort en sí, sino también al lugar en el que está ubicado: a primera línea de mar, en la playa de Islantilla, la primera del litoral onubense en recibir la Q de Calidad Turística. A ella se accede cómodamente desde el hotel, entre dunas móviles y salvaje vegetación que son la antesala de un arenal de casi un kilómetro y medio acariciado por las aguas del Atlántico. Si esto no es el ‘paraíso terrenal’ se le parece mucho. Pero con una gran ventaja: aquí la tentación no es pecado.
Para más información y reservas, puertoantilla.com