Entre tres paraísos verdes y un mar. ¿Se puede estar mejor arropado que Roses por un entorno natural? Al norte, el Parque Natural de Cap de Creus, primer lugar de la España peninsular por donde ver cada día amanecer. Al sur, los Aiguamolls de l’Empordà, segundo humedal más importante de Catalunya. Al oeste, el paraje natural de l’Albera. Y al este… ¡el Mediterráneo!, por donde entraron a España las grandes civilizaciones de la antigüedad, como la griega o la romana. Y es que Roses, haciendo honor a su nombre de aromática flor, es naturaleza en estado puro.
Está considerada como un referente del ‘sol y playa’ en la Costa Brava. Y presume de ello con orgullo. Pero Roses es más, muchó más. Agazapada en una majestuosa bahía –integrada en la selecta Asociación de Bahías más Bellas del Mundo, como la de San Francisco– Roses es también el destino soñado por todo amante de naturaleza, para perderse por ella, oxigenar el cuerpo y despejar la mente en espacios abiertos y seguros. El lugar donde empezar a respirar la esencia del recién estrenado 2022 por los tres parques naturales que le dan cobijo terrestre. Estas son las características de cada uno de ellos.
1– Parque Natural de Cap de Creus
Al norte de Roses, que es la puerta de entrada a este parque creado en 1998; tan singular que fusiona montaña y mar en sus 13.844 hectáreas… y cuyo faro fue inmortalizado por el cine. Fue hace medio siglo, en un filme de piratas –‘La luz del fin del mundo’, inspirado en una novela de Julio Verne– que llevó hasta allí a mitos de Hollywood como Yul Brynner y Kirk Douglas. La parte terrestre está divida en tres parajes. El primero va del cabo Norfeu a Cala Jóncols pasando por la emblemática cala Montjoi, antiguo hogar de El Bulli de Ferran Adrià. Más al norte se halla el propio paraje del cabo de Creus, abrupto promontorio a 672 metros de altitud, con una gran terraza-mirador. Esta parte incluye las islas de la Maça Major y s’Encalladora. Y en el interior, el tercer paraje, la Sierra de Rodes, con una joya del románico catalán: el monasterio de Sant Pere de Rodes. Un conjunto monumental del siglo IX al XI integrado por una iglesia, una torre-campanario y otra de defensa.
La reserva marítima oscila entre 0,2 y 1,3 millas mar adentro, destacando los espacios cercanos a los dos cabos –Creus y Norfeu–, los farallones –rocas altas y escarpadas que sobresalen del mar–, y la zona norte de la isla de s’Encalladora, de una gran riqueza subacuática visible practicando submarinismo. Un fascinante litoral que puede admirarse desde el mar con excursiones en catamarán o velero que parten desde Roses o en una pequeña barca tradicional desde Port Lligat, cala que acoge casa-museo de Salvador Dalí. https://parcsnaturals.gencat.cat/ca/xarxa-de-parcs/cap-creus/inici/
2– Parque Natural de los Aiguamolls de l’Empordà
En la parte central de la bahía. Consta de 4.722 hectáreas, fue creado en 1983 y es el segundo humedal más importante de Cataluña después del Delta del Ebro. Refugio de más de 300 especies de aves –cigüeñas, patos, flamencos, perdices, cuervos, gaviotas, cucos…–, que se pueden admirar desde diversos miradores, Aiguamolls de l’Empordà está ubicado entre las desembocaduras de los ríos Muga y Fluvià y aglutina una gran variedad de ecosistemas bien diferenciados.
El parque está dividido en tres zonas: la reserva de los estanys (estanques), con grandes extensiones de carrizales, balcas y prados inundables; la reserva de las lagunas, litorales, prados salobres y dunas; y la reserva de la isla de Caramany, en medio del río Fluvià, donde nidifican gran cantidad de aves. Este parque es ideal para una escapada familiar y puede visitarse a través de 9 rutas o itinerarios en las que admirar sus principales puntos de interés, como los observatorios del Matà, Senillosa, Closa del Puig, El Gall Marí, El Bruel o Les Arpelles, además del estanque de El Matà o la playa de Les Llaunes. https://aiguamollsdelemporda.cat/
3– Paraje Natural de Interés Nacional de l’Albera
Al oeste de Roses, abarca 4.207 hectáras y fue creado en 1986. Este parque está estructurado en dos partes. La occidental (Requesens-Baussitges) tiene una importante superficie arbolada y gran diversidad de vegetación de montaña media. Aquí pueden admirarse especies de flora propias de ambientes húmedos como el acebo, el tejo y numerosas orquídeas. La otra zona (Sant Quirze de Colera-Balmeta) es más seca y baja, con claro predominio de la vegetación de arbustos –el llamado matorral mediterráneo– como la aliga negra o las estepas. En cuanto a fauna, cabe destacar una especie emblemática: la tortuga mediterrénea, ya que está solo aquí, junto con el cabo de Creus y el Garraf.
Quienes visiten l’Albera podrán descubrir lugares de gran interés ecológico como el bosque de la Maçana (en la zona francesa del Rosellón); los estanques de la Jonquera, zona de pequeñas lagunas en el extremo meridional de la Jonquera; o el Centro de Interpretación de las Tortugas, al lado de la ermita de la Mare de Déu del Camp (Garriguella), creado para la reproducción y conservación de la tortuga mediterránea. Y también importante patrimonio histórico, como sus monumentos megalíticos (110 dólmenes, 19 menhires, 7 cistas y un poblado neolítico), el antiguo monasterio benedictino de Sant Quirze de Colera (siglo X) o restos de castillos de los siglos XIV-XV, como los de Rocabertí, Requesens o Canadal. https://parcsnaturals.gencat.cat/ca/xarxa-de-parcs/albera/inici/
Más Información: http://ca.visit.roses.cat