Una de las mejores postales que se pueden atesorar este otoño, cuando la luz de última hora de la tarde regala magnífica paleta de colores en este rincón de la Ría da Estrela.
Muchos ya han guardado el traje de baño tras un verano de playas, sol y horas echado en la arena disfrutando de unos días de desconexión. No obstante, esas playas siguen todo el año perennes azotadas, en este caso, por la fuerza del Atlántico. Una de ellas, As Furnas, en Porto do Son, decorado de excepción de series y películas, es uno de esos lugares donde el reloj no se mira y la posibilidad de que anochezca sin darse cuenta es bastante amplia…
As Furnas (cuevas marinas en castellano) es uno de esos rincones a los que el visitante acude con una idea aproximada de qué va a ver, pero la realidad se le muestra ante sus ojos de una manera mucho más sorprendente. Perteneciente al concello de Porto do Son, la playa es ampliamente conocida por el espectador medio porque aquí se rodaron fragmentos de la nada exenta de polémica ‘Fariña’, y la obra magna de Alejandro Amenábar, ‘Mar Adentro’. Fue en esta playa donde el malogrado marino y escritor Ramón Sampedro sufrió el accidente que le dejó parapléjico, al tirarse de cabeza desde una de sus rocas.
Sin cometer una imprudencia de tal magnitud, tendremos la suerte de disfrutar de un paisaje de una belleza fuera de toda discusión. Cuando la marea está baja, podemos ver en estas rocas como se forman pequeñas piscinas, lagos naturales y canales por donde el agua sortea estas formas tan espectaculares que nos regala la naturaleza. Un entorno prácticamente virgen sometido al arisco clima de esta zona de la Ría. La erosión ocasionada por la acción del mar, el viento y la lluvia han ‘esculpido’ las rocas entre las que se encajan. A lo largo del tiempo, la pizarra y los esquistos que componen la superficie se ha horadado de forma algo caprichosa. Da la sensación (es una percepción de cada cual) de que las rocas conforman las escamas de un dragón.
Estas piscinas naturales que se crean cuando la marea está baja son un tanto engañosas, ya que la quietud del agua la vuelve cristalina. La percepción del fondo se distorsiona y puede jugar una mala pasada al osado u osada que se aventure a saltar desde sus rocas.
Hay que, por tanto, disfrutar de este rincón de la Ría da Estrela con calma, deteniéndose en los instantes donde la luz amplifica la belleza de uno de los lugares más inmortalizados por quienes acuden a un rincón de Galicia con todos los alicientes para atrapar hasta al más descreído.
Más información: www.riadaestrela.com