Largos paseos sobre mantos de hojas marchitas. Vuelven a la tierra, en forma de lluvia marrón y amarilla, aquellas que crecieron en verano. Es el otoño una estación de melancolía, de inquietud entre la manga corta y la bufanda. Un momento perfecto para recordar el pasado, para caminar sobre siglos de historia, observando lo que fue para entender lo que es.
Es Xàtiva la ciudad ideal para embriagarse de cultura y de saber; y disfrutar, así, de un otoño diferente, igual de romántico pero con toques de conocimiento. Esta ciudad valenciana es un lugar con un encanto especial. Pasear por sus calles es encontrarse con una mezcla del pasado y del presente, observando vestigios visigodos, musulmanes o cristianos que datan desde antes de la llegada de los romanos, pasando por la Edad Media hasta nuestros días. Es tal su contraste de épocas que en 1982 su núcleo histórico fue declarado Conjunto Histórico-Artístico.
La ciudad fue la más importante del Reino de Valencia, con un innegable atractivo natural que, en palabras de Jaume I, la convertían en “la más hermosa huerta que jamás en villa ni castillo alguno hubiésemos visto”. Pasear por el entorno natural de Xàtiva es disfrutar de una belleza serena e insólita que satisface los anhelos de cualquier visitante. En las inmediaciones de la localidad valenciana se encuentra la Cova Negra, nombrada Paraje Natural Municipal en 2006. Situado en el estrecho valle que recorre el Río Albaida, sus 57 hectáreas revelan un espacio de alto valor ecológico y patrimonial.
Es conocida, además, como ‘la ciudad de las mil fuentes’, debido a los más de 900 caños que se reparten por sus calles y plazas. Reales y monumentales, vecinales y particulares, algunas de las fuentes que en su día proporcionaron fama a la localidad son hoy las protagonistas de una particular ruta que invita a descubrir los rincones más especiales del casco urbano.
Patrimonialmente es tan importante porque fue sede episcopal de la época visigoda y, más tarde, pasó a ser el lugar de residencia de los Borja, la familia que dio a los únicos dos Papas españoles hasta la fecha. En la ciudad se puede disfrutar de monumentos como el Castell de Xàtiva, castillo que se encuentra dividido en dos (Castell menor y Castell major) con restos que datan de tiempos de los íberos y romanos hasta la Edad Media; de la Colegiata, un templo que tardó en construirse 400 años y donde se encuentra una de las colecciones más importantes de Arte Sacro; o la Plaça de la Trinitat, en cuyo centro se encuentra una fuente gótica.
Además de la oferta patrimonial de Xàtiva, durante el otoño se puede disfrutar de la programación cultural de su Gran Teatre. El 11 de octubre llega a la ciudad ‘El lago de los cisnes’, una obra del Ballet Nacional Ruso creada por Piotr Ilich Tchaikosky y estrenada en el Teatro Bolshói en 1877. Se trata de una fábula romántica que ha pasado a los anales de historia de la danza universal. Aclamada en todo el mundo, en sus cuatro actos se entremezclan el amor, la magia y las delicadas partituras del compositor ruso.
La actividad del Gran Teatre se completa con las propuestas de las sociedades musicales, con galas solidarias o con más espectáculos teatrales de diversa índole. Todas las actividades de la agenda cultural se pueden visitar en su web, www.granteatre.com.